- Proceso de Paz
- Generación paz
En "chiva", en burro, en bus, en camiones de ganado o en canoa. Cualquier medio era útil para llegar a la Colombia escondida donde se realizaron las Vigilias por la paz que, inicialmente, convocó las Farc desde el Bloque Oriental cuando el cese bilateral al fuego se limitó hasta el 31 de octubre. Entonces el comandante Carlos Antonio Losada invitó en sus redes sociales a la población civil a rodear los campamentos en esa fecha para que el clamor por callar las armas para siempre fuese apoyado por religiosos, periodistas, campesinos.
Para lograr la paz, Sur África se inspiró en la cultura del Ubuntu (en ti está parte de mi yo), Ruanda en el concepto de Gaçaça (o justicia restaurativa de los ancianos), e Irlanda en la espiritualidad del Viernes Santo. En esta coyuntura difícil de nuestra patria donde paradójicamente la búsqueda de la paz nos ha dividido, ¿cuál es la inspiración transformadora que pueda mover masivamente a todos los cristianos-as de Colombia?
Bogotá, 26 de octubre de 2016.
El pasado 2 de octubre, con un alto índice de abstención y por una estrecha minoría, los colombianos votantes del plebiscito refrendatorio rechazaron el “Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” suscrito el 26 de septiembre entre el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, y el Comandante de la guerrilla FARC-EP, Rodrigo Londoño.
Es de mañana. Humberto de La Calle, jefe negociador del gobierno en el hoy convulsionado Proceso de Paz, se muestra ahora sonriente junto al canciller de las Farc, sentado a su derecha. En una sala rodeada de palmeras y viento, a la izquierda aparece el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, escuchando susurros del asesor de la guerrilla Álvaro Leyva, mientras Iván Márquez se acaricia la barbilla, y el ministro Juan Fernando Cristo y el senador Roy Barreras sonríen también dirigiendo la mirada a Rafael Pardo, Alto Consejero para el Posconflicto. T
No podía esperar más tiempo para expresar lo que sentí en la marcha universitaria por la paz. Debo admitir que jamás pensé que pudiera llegar a tener tanto alcance, porque los jóvenes solemos ser muy activos en redes sociales, pero poco efectivos a la hora de salir a la calle y exigir nuestros derechos.
Desde lo más alto de la Cordillera Occidental en Briceño, Antioquia, los campesinos intentan explicarse porqué Colombia rechazó en las urnas la posibilidad más cercana de terminar la guerra, y claman a la sociedad para que apoye la paz que desde ya se siente en sus tierras gracias al desminado humanitario y la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos que se adelantan en once veredas de ese municipio.
La obra "Ausencias" liderada por la artista Doris Salcedo y construida por cientos de manos de bogotanos, campesinos y víctimas esta semana en Plaza de Bolívar en Bogotá, nos recordó que son miles los que ya no están porque la guerra se los llevó. Y también puso en manos del ciudadano de a pie la responsabilidad de tejer esta paz que, tras la victora del No en el Plebiscito se tornó un poco esquiva, pero que hoy el pueblo tiene entre sus manos y sus coros que gritan en decenas de movilización por las calles y en las redes sociales: ¡Acuerdo Ya!