Al haber sido elegido como integrante de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición –CEV– dentro del proceso de paz que estamos construyendo, me veo en la obligación de renunciar a partir de la fecha a esta columna de opinión. Lo hago con pesar, pero lo asumo como un imperativo ético y legal y como reconocimiento a las exigencias del nuevo reto.