“Llegamos a un consenso histórico de parar la guerra”: Pablo Beltrán

Repasando qué falta para lograr el resonado cese al fuego, el histórico líder eleno destaca que es la primera vez que esa guerrilla se pone de acuerdo en la necesidad de parar la guerra por la vía dialogada. Además, explica porqué –a 53 años de alzarse en armas- siguen realizando acciones violentas al tiempo que se sentaron en la mesa de donde se completaría el rompecabezas de la paz de Colombia.

Por: 
GeneracionPaz.Co y ConLaOrejaRoja.Com

I

La paz no es un asunto de dos guerrillas sino del pueblo, asegura Pablo Beltrán del ELN en una entrevista realizada por Revista Generación Paz y Con La Oreja Roja. Sin temor a equivocarse, Israel Ramírez Pineda -más conocido como “Pablo Beltrán”- nos dijo para iniciar la conversación:

Por primera vez va a haber un cese bilateral al fuego de carácter temporal.

 

Todos preguntábamos qué va a pasar con la tregua sobre la cual se especula desde el inicio de los Diálogos de Paz entre el gobierno y el ELN en febrero de este año. Apenas siete meses han pasado desde que se instaló la Mesa de Conversaciones, pero, apretados por la llegada del Papa los primeros días de septiembre, las delegaciones se afanan en negociar el silencio de los fusiles tan exigido por la sociedad civil y en especial por las víctimas. Esta semana inicio con un nuevo apretón de manos entre las partes esta vez presidido por el primer mandatario ecuatoriano, Lenin Moreno, quien dijo a los medios que:

Al igual que lo hizo las Farc, el Eln se integre a la vida democrática y política.

 

Conversamos sobre esta especial coyuntura de las conversaciones de paz con el número dos del ELN integrante del COCE (Comando Central).  A sus 64 años el comandante Pablo luce fuerte, habla tranquilo, ofrece explicaciones pacientes, y guarda compostura ante las preguntas incómodas de siempre: que el secuestro, que los daños a civiles, que las acciones terroristas y que qué falta para sellar el cese al fuego tan hablado a propósito de la llegada de Francisco.

Es la primera vez que en el ELN vamos a hacer un pacto de esta clase (…) Hasta el último minuto vamos a hacer esfuerzos para que cada una de las partes rebaje el conflicto. No hacemos nada si uno de los dos hace esfuerzos en rebajar el conflicto y otro no (…) En el ELN llegamos a un consenso interno histórico sobre la necesidad de parar la guerra.

 

Dice Beltrán para resaltar, a su juicio, el más importante de los logros de estos diálogos a la fecha. Falta, detalla, que una de las dos partes ceda en las condiciones puestas en la mesa.

Gobierno –como lo aseguró Juan Camilo Restrepo jefe de delegación de gobierno a GeneracionPaz.co esta semana- exige que esa guerrilla cese toda hostilidad contra la población civil así como las retenciones. Ante la pregunta ¿qué falta para pactar el cese con los elenos? el abogado paisa que hoy representa el alto gobierno en Quito aseguró:

Por un lado, que las partes se pongan de acuerdo (cosa que aún no ha sucedido) en lo que serían los elementos básicos indispensables para que el cese al fuego desde el punto de vista militar sea creíble, verificable y serio. Es absolutamente indispensable que el ELN renuncie a practicar, durante el tiempo que dure el cese al fuego las hostilidades contra la sociedad civil, lo que hoy practica este grupo tales como el secuestro, los atentados contra la infraestructura y en general todo tipo de hostigamientos contra la sociedad civil no combatiente que es la destinataria y la razón de ser de un cese al fuego. 

Y aclaró que:

El cese al fuego bilateral y de hostilidades debe entenderse como un binomio de elementos indisolubles.

 

 

II

Para el Ejército de Liberación Nacional son necesarias cinco condiciones para conseguir un cese bilateral. Exigen “que el régimen cese”:

  • La agresión contra el movimiento popular y las tendencias políticas que están por los cambios en Colombia, y tomar medidas concretas frente a las autoridades y los mandos de la fuerza pública, que están aliados con el paramilitarismo.
  • El incumplimiento de acuerdos de garantías en Derechos Humanos, adquiridos con el movimiento social.
  • Las acciones que provocan confinamiento, desplazamiento, bloqueo y control de alimentos, medicamentos y bienes necesarios para el trabajo y supervivencia de las comunidades.
  • La judicialización de los líderes sociales y de la protesta social.
  • El hacinamiento infrahumano de la población carcelaria, con medidas efectivas de alivio humanitario.

 

Le preguntamos al negociador jefe de gobierno si esas propuestas son viables y nos dijo:

Sobre tres de ellas ya hemos propuesto fórmulas concretas y creíbles: mejorías en la protección de los líderes sociales a través del Sistema de Alertas Tempranas, garantías de suministro de víveres y medicamentos a las comunidades aisladas y golpeadas por el conflicto humanitario y un paquete de medidas que irían en la dirección de aliviar diversos aspectos de la condición humanitaria de los reclusos militantes del ELN hoy en día en las cárceles colombianas.

 

Días antes, durante el fin de semana del 20 de agosto que un grupo de periodistas independientes entrevistó a la Delegación de Paz de esa guerrilla, Pablo Beltrán nos expuso sus tesis acerca de la condición quizá más difícil de lograr ahora: el desmonte del paramilitarismo. Nos respondió además varias preguntas que les compartiremos en video próximamente.

 

El Estado tiene que reconocer el paramilitarismo. Y reconocer, además de que existe, de que hay un amplio sectores de las fuerzas militares que lo sostienen. Si el que tiene la responsabilidad no la asume, no hay nada que hacer. Ellos (gobierno) dicen: yo no tengo nada que ver. Y resulta que el Estado es responsable no solo por acción, porque lo promueve, sino por omisión porque se hacen los de la vista gorda.  Ese es un problema supremamente grave. Ahí está el resultado. Por cada líder que maten amenazan 10.

 

III

¿Como acabar el paramilitarismo?

Es muy fácil para nosotros pero muy difícil para el gobierno. Confróntelos. Y militar que no quiera confrontar el paramilitarismo destitúyalo, llámelo a juicio. Porque el Estado no está cumpliendo su deber. Mire, en la parte norte del Chocó, en el río Truandó, los combates contra “paras” eran entre Farc y Eln, ¡y estando ellos ya en la mesa de La Habana! Cuando ellos fueron a las zonas de concentración nos quedó el combate a nosotros solos.

 

¿Y que va a pasar cuando el ELN se vaya a sus futuras zonas de concentración?

Se desatarían los demonios, porque el país queda todo para ellos. Es que el paramilitarismo no es un problema del ELN. Es un problema del pueblo colombiano. Ese es el principal reto para que las luchas políticas en Colombia se puedan desarrollan. Que la gente pueda opinar, que podamos hacer política sin que nos maten. Hace unos años le pregunté a Antonio Navarro: Senador, ¡cuál es la principal reforma política que  necesita Colombia? Acabar el paramilitarismo, me respondió.

 

Uno cómo le explica a un ciudadano del común que un grupo ilegal realice acciones violentas –como por ejemplo el explosivo en La Macarena que acabó con la vida de policías- para beneficio del pueblo? ¿Eso porqué lo hacen? ¿Para qué la violencia?

En un conflicto de estos hay dos partes. Hay una fuerza que se llama ESMAD (Escuadrón Antidisturbios) con un prontuario muy grande de muertos, lisiados, heridos. Hay un clamor para que la disuelvan. Si ustedes miran en estos días, llevan un mes de protestas en Segovia y miren el prontuario que tiene el Esmad allí estos días. Uso desproporcionado de la fuerza. ¿Qué buscamos? Acabar con el uso excesivo de la fuerza contra el que protesta indefenso. Que deje de haber la represión brutal contra la población que protesta. Es normal que el Estado tenga este tipo de escuadrones, pero lo que no es normal es que se exceda de una manera brutal. Si eso se arregla, se quitan los objetos de los ataques.

 

¿Y usted cree que acciones violentas ayudan a quienes protestan pacíficamente? ¿Qué sentido tiene eso?

Usted tolera las cosas o las protesta. Nosotros quisiéramos que el grueso de las protestas fueran pacíficas. Y nosotros impulsamos que la gente haga des obediencia civil, es decir, protesta pacífica. Pero también criticamos que aún a los que hacen protesta pacífica no los criminalicen. En últimas el problema es: Esto es un régimen de exclusión violenta. Cuando una guerrilla como la nuestra protesta con fuerza también es una manera de decir: esto lo tenemos que acabar. ¿Cuánto tiempo lleva la exclusión del pueblo en Colombia? ¿Y cuál es el método más efectivo para debilitar? Yo estoy de acuerdo es que haya una presión mayoritaria. Entonces opciones como la nuestra tienden a terminar. Que se resuelvan los conflictos en un escenario político.

 

Según los medios, un menor llegó en días recientes a una estación de policía porque el ELN lo iba a reclutar. ¿Qué opina?

Estamos en la época de la posverdad y las noticias falsas. Hasta donde yo conozco en el ELN no se hacen ese tipo de acciones. En el ELN está prohibido reclutar. Llevarse a otro a las malas. Eso sí lo hace el Ejército. El ELN no recluta. El ELN no se lleva a nadie a las malas. El que llega al ELN llega voluntariamente. Si quiere irse se puede ir. De todas formas voy a averiguar, y lo que averigüe, le informo.

 

Mientras ustedes siguen usando la fuerza, muchos protestan de manera pacífica. No nos sentimos representados en sus acciones violentas en apoyo a la protesta pacífica. Es contradictorio.

Tiene razón, pero en parte.  Le explico en qué no: En muchas zonas del país el pie de fuerza de los revolucionarios ejerce un papel persuasivo o sea de protección. Porque allá lo que pasa no existe. En Bogotá no se sabe. En Cali no se sabe. ¿Usted piensa que un grupo armado no lo piensa dos veces para llegar a una zona donde hay guerrilla? ¡Lo piensan! ¿Cómo entran a las zonas de no hay guerrilla? Lo sabemos. Entonces, ojalá que la protesta sea masiva, siga creciendo, pero en muchas regiones apartadas hay uso de la fuerza con carácter disuasivo. Mire el asunto de la minería, campesinos, indígenas, afros, líderes de restitución de tierras. ¿Qué han tenido que hacer ellos? Construir unas guardias indígenas, campesinas, etc… 

 

¿Y porqué tras una lucha armada de la que están convencidos hoy se sientan en la Mesa a dialogar?

Colombia está en un momento histórico que es pasar la página de la guerra. A uno le toca actuar de acorde a la historia. Y esa página no se va a pasar si todos no presionamos para que eso ocurra. La paz no es un asunto de dos o tres negociadores, de dos guerrillas, o de dos partidos… Si esto no se llena de pueblo, no vale la pena. Todos nos tenemos que comprometer, presionar.

 

Periodistas: Ian Schneider y Katalina Vásquez Guzmán - Invitados al Encuentro de la Federación de Prensa de los Pueblos FIPU / Fotos: FIPU, Andrea Aldana y GeneracionPaz.Co