"Se avanza pero con dificultades": Marcos Calarcá

A dos semanas del DÍA D + 180 cuando, según el Acuerdo de Paz, finaliza la dejación de armas y comienza la reincorporación de los guerrilleros a la democracia, “Marcos Calacá” le contó a GeneracionPaz.Co cómo van el cese al fuego y las zonas veredales. También se refirió a las preocupaciones por el avance paramilitar que empezó a cobrar la vida de los mismos guerrilleros, reiterando que pase lo que pase para las Farc "las armas ya no son la salida". Especial #AvanzaLaPaz

Por: 
David González y Katalina Vásquez G.

Luis Alberto Albán Burbano conocido como “Marcos Calarcá” es hoy uno de los hombres más destacados de las FARC. Lidera el equipo de la guerrilla en el Mecanismo de Monitoreo y Verificación con presencia en las 26  zonas de paz donde unos 7 mil guerrilleros están a punto de volver a la vida civil. Su amplio conocimiento militar y político logrado en décadas en las montañas de Colombia y luego en la comisión internacional de las Farc le ha permitido llegar a ser un destacado líder de la paz. Cientos de rebeldes siguen su ejemplo de respeto, profesionalismo y reconciliación al trabajar con los demás integrantes del Mecanismo Tripartito: militares de la Fuerza Pública colombiana y de Naciones Unidas que se sacaron lágrimas de emoción cuando comenzaron a conocerse al bajar los fusiles.  

Como todas las voces públicas de las Farc, cree que este Proceso de Paz no tiene reversa, y señala que sí se avanza, pero dificultades como los asesinatos a líderes sociales y a los primeros ex guerrilleros los cuales, dice, deben ser controlodos por el Estado, pero también repudiados por toda la gente decente. Además, según Albán, la avanzada paramilitar se constituye en una hostilidad contra el acuerdo de paz pero no hay consenso de las tres partes del Mecanismo para asumirlo así.

 

¿Terminó realmente la guerra entre gobierno y Farc? ¿De qué ha servido el cese al fuego definitivo?

Sí. El cese al fuego se está cumpliendo. El acuerdo del cese al fuego y hostilidades bilateral y definitivo se convirtió en la piedra angular sobre la cual se sostuvo el Proceso de Paz, porque con el triunfo del no en el plebiscito quedamos sin acuerdo. Entonces nos tocó rápidamente hacer un protocolo para validar y convalidar el acuerdo del cese al fuego. Eso se firmó el 13 de octubre y quiere decir que del 2 al 13 no teníamos nada; y todo se sostuvo con la buena voluntad de las partes.

Sin embargo, ha habido algunos incidentes. El incidente grave, muy discutido, fue  la muerte de los dos guerrilleros al sur de Bolívar, que supuestamente la Fuerza Pública los confundió con guerrilleros del ELN. Las otras cosas que se han presentado son menores. Hay movimientos, gente que se extravía y se mete donde no debe entrar. Pero son cosas menores.

 

¿Y en qué se está incumpliendo?

Los incumplimientos son más notorios en otros aspectos: la logística y la construcción de las zonas veredales y puntos transitorios por ejemplo. El gobierno ha demostrado la incapacidad de esa burocracia para buscar soluciones. Porque a cualquier problema le resultan muchos interpretaciones y una cantidad de tiempo que no tiene que ver con la circunstancias de resolver. A estas alturas no han entregado los campamentos, ni el material para las viviendas guerrilleras, ni sedes locales para el trabajo de monitoreo y verificación. Incluso hay lugares donde no se hace monitoreo, porque no están las sedes.

 

¿En dónde se está presentando esa situación?

Hablo de  Caño Indio (Norte de Santander), Gallo (Córdoba), Agua Bonita (Caquetá)… Bien, es, cierto que esos son los lugares últimos pero apenas la semana que se está terminando (finales de abril) se desplegó el Mecanismo como tal, porque había tres de cada componente, 3 del gobierno, 3 de las farc y 6 de la onu. Cuando son 10, 10 y 15. También ha habido inconvenientes para los lugares de la dejación  de armas.

No queremos decir que es un problema de voluntad del gobierno, sino más bien de incapacidad. Ese sistema de contratistas que tienen no funciona. El gobierno dice que le pagó al contratista, pero el contratista no le ha pagado al obrero. Y el obrero no trabaja que porque no le pagan. Hay una ineficiencia muy grande. Eso sí, se avanza, pero  con dificultades.

 

En cuanto a seguridad, ¿cómo evalúan el riesgo que viene representando la expansión paramilitar en zonas como Chocó, Nariño, Antioquia?

Tenemos una modalidad nueva muy preocupante que es el asesinato de familiares de milicianos guerrilleros. Ocurrió en Tarazá, ocurrióen Planadas, Tolima; en Toribío. Y eso hace parte de la implementación del acuerdo, concretamente con el capítulo que tiene que ver con seguridad y la terminación del paramilitarismo. Esa parte no se implementa todavía y genera zozobra por el accionar del paramilitarismo. Nosotros venimos denunciando esa situación. Y encontramos que la ONU y el gobierno,  en el Mecanismo de Monitoreo, consideran que el avance paramilitar no hace parte del acuerdo de cese al fuego. Nosotros decimos que sí porque son hostilidades.  Es algo que va contra el Proceso. Pero al interior del Mecanismo no hay consenso. Es decir, no solo tenemos la oleada de asesinatos de líderes sociales sino esta modalidad de asesinato de milicianos y guerrilleros y familiares que están concentrados en las zonas y puntos.

 

GeneracionPaz.Co tuvo conocimiento de un grave incidente de seguridad en la zona del Gallo, Córdoba. ¿Hubo enfrentamientos de guerrilleros con paras? ¿Qué pasó?

No hubo ataque. Los “paras” merodean el PTN (Puntro Transitorio de Normalización). Pero no ha habido un ataque directo. Hay que decir que los nuestros tienen sus armas y que la seguridad al interior de la zona sigue corriendo por cuenta de las FARC coordinado con el gobierno.

 

¿Y si llega haber un ataque, las FARC responderían militarmente?

Lo que estamos haciendo es todo un nuevo esfuerzo y las exigencias necesarias para que eso no ocurra.

 

Una vez ustedes salieron de Chocó, por ejemplo, y otros territorios se viene dando un reacomodamiento de grupos armados provocando crisis humanitarias. ¿Cómo analizan ustedes esto? ¿Qué sigue?

El estado tiene la obligación de controlar esas fuerzas paramilitares. Necesariamente la correcta implementación del acuerdo tiene que solucionar esa situación, por eso estamos en esa lucha para que se implemente el acuerdo. Tiene que haber presencia del estado y no solo de la Fuerza Pública. Se necesitan también garantías para que población del país acceda a los derechos que le corresponden, uno de esos es el derecho a la vida.

 

Y el guerrillero y el miliciano asesinados recientemente, ¿creen ustedes que los asesinan por ser de las Farc?

La investigación continúa. Pero no tenemos ninguna duda de que los asesinatos se dan por ser guerrilleros. Hasta ahora es lo que nos dan todas las evidencias.

 

Van más de 150 líderes sociales asesinados de 2016 a la fecha, incluso en las zonas que ustedes dejaron. ¿Qué opina?

Esto no es un problema solo de la guerrilla, sino de la mayoría del pueblo colombiano. Más allá de la denuncia y la exigencia al gobierno de implementar el capítulo de garantías de seguridad, queremos invitar a la gente a la movilización. Y no estoy hablando solo de la gente pobre o de izquierda, sino de la gente decente. De la gente que a pesar de tener ideas políticas de derecha, o que son indiferentes, son decentes. La gente decente sabe que la política no se puede hacer a través del asesinato.

 

¿Cómo analizan ustedes esta expansión paramilitar reciente en tiempos de paz?

Hay una alianza entre ultraderecha, narcotráfico y paramilitarismo, una alianza perversa que pretende echar para atrás el acuerdo. Cosa que, pienso,  es imposible. Pero hacen daño, siembran inquietudes y tratan de llevar al país a épocas ya superadas como la etapa de la masacre de la Unión Patriótica. Hay que preguntarse quién pierde con el Acuerdo de Paz: Pierden los que se lucran de la guerra y pierden los narcotraficantes. Si se implementa el punto sobre  sustitución de cultivos, el narcotráfico pierde su materia prima. El campesino no es narcotraficante,  no siembra cultivos de uso ilícito porque quiere, sino porque son rentables. Lo que planteamos en el acuerdo, es que si el campesino,  si las comunidades logran subsistir de manera digna, sencillamente se acaba  la siembra de cultivos ilícitos.

 

¿Y cómo van a enfrentar ustedes ahora esa alianza?

Las orientaciones del Secretariado son las de hacer la denuncia, de convocar a la movilización, de convocar a vencer esas políticas en la calle y en los campos con la fuerza de la gente, con la fuerza de las masas. Si se implementa correctamente el acuerdo, se resuelve el tema del paramilitarismo. Por eso la pelea en el termino político es para que el acuerdo se implemente correctamente.

 

¿No tienen temor de entregar armas?

No vamos a entregar las armas, las vamos a dejar.

Es una situación complicada pero el análisis es:  ¿Será que nosotros volviendo a la guerra o dejando las armas en nuestro poder se acaba eso? Ahora mismo no hemos dejado las armas y esto se está dando. Está demostrado que nosotros, por múltiples razones, no tenemos la capacidad de aplastar el paramilitarismo. Entre otras cosas porque no es aislado de la Fuerza Pública. Pero sabemos que las armas ya no son la salida.  

Foto: Mecanismo de Monitoreo y Verificación (Marco León Calarcá, FARC-EP, Contralmirante Orlando Romero, Gobierno de Colombia, y General Perez Aquino, Misión de la ONU en Colombia)