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Niñas y niños con fusil al hombro son una de las caras más crueles de la guerra en Colombia. La vinculación de menores a grupos ilegales ha sido una constante en nuestra historia de conflicto.  Éstos son considerados como víctimas y por eso, ahora que saldrán de las filas de las Farc, no podrán ser penalmente judicializados. Que sueñen, jueguen y amen de nuevo como es el derecho de cualquier menor es el objetivo del acuerdo anunciado en La Habana, donde gobierno y guerrilla trazan unos pasos para comenzar la salida de los menores de campamento.

Como parte de las Acciones Masivas de Alto Impacto Social (Estrategia AMAS) el ICBF se realiza el proyecto Territorio de Sueños  donde más de 1000 niños, niñas y adolescentes participan de talleres de percusión, danza, rap y graffitti. Con el arte, la niñez aprende sobre sus derechos fundamentales, y se aporta a la prevención del reclutamiento de éstos por parte de grupos armados al margen de la Ley.  En 2015 el Territorio de Sueños llegó a Medellín, Turbo, Apartadó, Bojayá y Vigía del Fuerte. En 2016 también estará presente en Bajo Cauca y otras zonas de Antioquia y Colombia.