Este domingo, los negociadores en los Diálogos de La Habana dieron a conocer que los niños guerrilleros saldrán de las filas de las Farc antes de firmarse incluso el acuerdo final. Todo comenzaría en dos semanas con la participación de ICBF, y la verificación de Unicef y OIM. En ningú caso los menores de 14 años serán declarados penalmente responsables.
Niñas y niños con fusil al hombro son una de las caras más crueles de la guerra en Colombia. La vinculación de menores a grupos ilegales ha sido una constante en nuestra historia de conflicto. Éstos son considerados como víctimas y por eso, ahora que saldrán de las filas de las Farc, no podrán ser penalmente judicializados. Que sueñen, jueguen y amen de nuevo como es el derecho de cualquier menor es el objetivo del acuerdo anunciado en La Habana, donde gobierno y guerrilla trazan unos pasos para comenzar la salida de los menores de campamento.
Lo primero será la conformación de una mesa técnica para iniciar el proceso. Luego, las Farc entregarán la información de los menores de 15 años que actualmente están en esa guerrilla y que serán los primeros en salir de campamento. Ellos recibirán amnistía o indulto “por el delito de rebelión y cargos penales conexos”, mientras que los “procesados o condenados por la comisión de delitos no amnistiables o indultables, en una fase posterior se estudiará su situación”.
Según el acuerdo, se trata de que “que reciban apoyo y acompañamiento en el proceso de salida y participen en el programa especial de garantía de derechos que se acuerde para ellos”. Allí el papel del ICBF será fundamental, con la observación y participación de Unicef y OIM.
Tras la firma del Acuerdo Final, el Gobierno Nacional se compromete a tramitar las medidas necesarias para que todos los menores de edad que hayan salido o vayan a salir de los campamentos de las FARC-EP y que se encuentren procesados o condenados por delitos no amnistiables o indultables, queden a disposición de la Jurisdicción Especial para la Paz para examinar sus responsabilidades.
Por su parte, las Farc, que desde hace más de un año se comprometieron en La Habana a no seguir vinculando menores a su ejército, se comprometió ayer a continuar con ese pacto, así como a (citamos acuerdo):
- Proceder a la salida de los menores de 15 años de los campamentos de las FARC-EP tan pronto se acuerde el protocolo y el plan transitorio de acogida, conforme a lo establecido en este acuerdo
- Tomar las medidas a su alcance para garantizar la salida progresiva de todos los menores de edad que se encuentran en los campamentos de las FARC-EP para lo cual el Gobierno y las FARC-EP trabajarán una hoja de ruta
- Contribuir a la identificación de todos los menores de edad en los campamentos de las FARC-EP, con el fin de que reciban el necesario apoyo y acompañamiento en el proceso de salida y participen en el programa especial de garantía de derechos que se acuerde para ellos
- Informar sobre estas medidas a las unidades guerrilleras
¿Cuántos niños regresarán? Es un dato que gobierno desconoce y que la guerrilla aún no informa. Según el ICBF, cerca de 6 mil niños se han desvinculado de grupos armados en los últimos 17 años, siendo el 60% pertenecientes a las FARC, lo que convierte a esta guerrilla en el grupo ilegal que más vincula menores a sus filas.
Por eso, el anuncio de ayer tiene una repercusión honda en Colombia pues garantiza que, primero, los que están perdiendo su infancia en la absurda guerra colombiana regresen, y que ningún otro pequeño sea reclutado al menos por las Farc. Sigue siendo preocupante el aumento de vinculación de menores a las bandas criminales paramilitares, en especial en zonas urbanas.
Después del anuncio conjunto (video en esta página) el doctor Humberto de La Calle expuso su postura frente al acuerdo logrado:
Mi primer recuerdo está ligado a la violencia. Antes, a mis seis meses de edad, mi familia fue expulsada de su terruño.
Merecemos una nueva vida nueva para nuestros nietos.
Reproducimos el comunicado completo a continuación:
DECLARACIÓN JEFE DE LA DELEGACIÓN DEL GOBIERNO
Como acaban de anunciar los representantes de los países garantes, hemos llegado a un acuerdo con las FARC -EP para lograr que todos los menores de edad dejen los campamentos por decisión de la organización armada, se desvinculen de la misma y regresen a la vida civil. Tres importantes medidas han sido anunciadas: la salida de los menores de 15 años de los campamentos, la elaboración de una hoja de ruta que permita la desvinculación progresiva de todos los demás menores de 18 años y la creación de un programa integral para brindarle la mejor atención a estos niños que salen de la guerra.
Uno de los mayores horrores de un conflicto es cuando arrastramos a nuestros niños y jóvenes al combate. Cuando las nuevas generaciones hacen parte activa del conflicto el reto de ponerle punto final es mucho mayor. Por eso que este acuerdo es un avance crucial en este proceso de terminar la guerra, ponerle punto final a la guerra. Quisiera transmitirle a los colombianos que le estamos poniendo punto final a la guerra. Las generaciones jóvenes son las llamadas a apoderarse de la paz. Son los niños y jóvenes de Colombia quienes deben liderar la transformación de nuestro país.
El acuerdo prevé de una parte, que las FARC entregarán toda la información para identificar y ubicar a los menores que aún están en los campamentos y colaborarán con la
salida de estos pequeños de dichos lugares. De otra parte, el Gobierno Nacional conformará una mesa técnica en cabeza de la Defensoría del Pueblo y de la Consejería de Derechos Humanos de la Presidencia de la República con el objetivo de elaborar la hoja de ruta de la salida de los menores de los campamentos, presentarla a la Mesa de Conversaciones y diseñar el programa para atender a estos menores que abandonen la guerra. Finalmente, y muy importante, esta iniciativa contará con un mecanismo de acompañamiento integrado por la UNICEF y la OIM, que verificará el cumplimiento de los compromisos. Gracias a estos organismos por su apoyo. Gracias especialmente a Leyla Zerrougui, representante de la ONU para niños y conflicto.
También quiero agradecer a ambas delegaciones, todo hemos trabajado duramente en este propósito. A los asesores, a tantas personas interesadas de manera auténtica en este tema. Yo no suelo hacer menciones individuales, sobre todo porque hay un inmenso riesgo de la injusticia por omisión. Pero esta vez quiero hacer una excepción. Como jefe de la delegación quiero dedicar este acuerdo sobre los niños a Elena Ambrosi. Elena ha sido en la delegación del Gobierno el alma y el motor de este acuerdo que venimos discutiendo desde hace más de un año y que es producto de su trabajo, de su insistencia y de su extraordinaria capacidad. No puedo dejar de mencionar que Elena ha hecho el mayor sacrificio que puede hacer una madre: dejar de ver por largas temporadas, durante más de cuatro años, a sus dos niños pequeños por estar en La Habana.
Y lo ha hecho precisamente para que ninguna madre en Colombia nunca más pierda un niño en la guerra y para que en adelante todos crezcan en paz. Pero además, escasamente alguien ha contribuido a la construcción de los acuerdos de La Habana que Elena Ambrosi Turbay a quien le doy las gracias de todo corazón.
El Gobierno tomará todas las medidas necesarias para darle pleno cumplimiento a este acuerdo y así poder implementarlo de la mano de la comunidad internacional.
En la construcción de la paz debemos velar porque los jóvenes y niños estén con sus familias, asistan a las escuelas. Debemos procurar que vivan una niñez y una juventud plena, que no sean usados, nunca más, como instrumentos dentro de la guerra. Eso también es un garantía de no repetición.
Siempre ha sido un interés fundamental del Gobierno Nacional sacar a los niños y niñas de la guerra y garantizar todos sus derechos, especialmente velar porque puedan vivir la niñez y la adolescencia sin estar entre fusiles.
Esperamos que todos los jóvenes y niños salgan pronto de los campamentos y se reintegren en sus familias y comunidades. Con el fin de la guerra podremos construir la paz que ellos necesitan para vivir en un nuevo país, uno donde van a poder vivir como lo que son, jóvenes y niños, fuera de las confrontaciones armadas.
Y que en la mente del resto de la niñez, desaparezca la realidad del conflicto. Cada niño que sale de un campamento, debe ser el portavoz simbólico para que miles de niños y niños en campos y ciudades, agobiados por la permanente información sobre los estragos del conflicto logren vivir sin esa amenaza permanente.
Para eso estamos aquí, los delegados del Gobierno: para terminar esta larga y dolorosa guerra y para que ningún niño nunca más tenga que vivir lo que vivimos nosotros.
Mi primer recuerdo está ligado a la violencia. Antes, a mis seis meses de edad, mi familia fue expulsada de su terruño.
Merecemos una nueva vida nueva para nuestros nietos.
Encuentre las Preguntas y Respuestas sobre el Acuerdo de Menores en la parte superior de esta nota.