El niño de Bojayá, al que ningún familiar lloró
Desde el 11 de noviembre, cuando los cofres llegaron al aeropuerto de Vigía del Fuerte, en Antioquia, para iniciar los actos y ritos en los que fueron despedidas las víctimas de la masacre ocurrida el 2 de mayo de 2002, cada uno de los familiares tomó y resguardó los cajones en los que iban los cuerpos de sus seres queridos.
Esos cajones, durante 8 días, nunca se separaron de sus abuelos, madres, padres, hermanos, hermanos, tíos, tías, primos, amigos y conocidos. En cada uno de los rituales y actos, ellos se preocupaban por mover, llevar y mantener eso cofres de la mejor manera.