Un nuevo amanecer en los Llanos del Yarí
El sol se esconde a las siete de la tarde. De día o de noche, la guerrillerada está emprendiendo camino desde los Llanos del Yarí, al Suroriente de Colombia, hacia “lugares seguros”. En esas planicies coloradas de guacamayas y ríos, unos dos mil quinientos hombres y mujeres alzados en armas se reunieron a propósito de la Conferencia de las Farc: la ocasión donde se toman las decisiones más trascendentales de la organización que esta vez era nada menos que acallar los fusiles que han empuñado por 52 años. Esta era la Décima, la primera no clandestina, y la útlima en armas.