Desde El Diamante, en los Llanos del Yaría, Isabela San Roque del Bloque Oriental de las Farc, destaca la importancia de la X Conferencia donde la guerrillerada fue unánime en respaldar el Acuerdo de Paz. Allí se afirmó la voluntad colectiva de paz de esa organización y, por fin, empezó a ocultarse una guerra que habitó la región por décadas. Con este relato desde el Oriente colombiano empezamos un conjunto de piezas periodísticas que hacen zoom a la paz en las regiones. Especial #AvanzaLaPaz
El sol se esconde a las siete de la tarde. De día o de noche, la guerrillerada está emprendiendo camino desde los Llanos del Yarí, al Suroriente de Colombia, hacia “lugares seguros”. En esas planicies coloradas de guacamayas y ríos, unos dos mil quinientos hombres y mujeres alzados en armas se reunieron a propósito de la Conferencia de las Farc: la ocasión donde se toman las decisiones más trascendentales de la organización que esta vez era nada menos que acallar los fusiles que han empuñado por 52 años. Esta era la Décima, la primera no clandestina, y la útlima en armas.
Ahora muchos se marchan por orden de los comandantes que siguen en La Habana quienes, tras el anuncio del Presidente Santos de limitar el Cese al Fuego al 31 de octubre próximo, indicaron a todas sus unidades “moverse a posiciones seguras para evitar provocaciones”. Así lo dijo Pastor Alape en su cuenta de Twitter la noche de este martes, aclarando más tarde que no se trataba de posiciones de combate, sino solo de protegerse.
Con ellos –en sus cambuches originales o durante jornadas de baile al cabo de cada noche de Conferencia- mil periodistas de Colombia y el mundo conversaron sobre cómo resultaron en las filas insurgentes, acerca de sus sueños de familia y hablaron de sus proyecciones para aportar al país esta vez desde la democracia. Se creía que esta semana, después del Plebiscito, iniciarían su tránsito a las Zonas Veredales de Concentración y puntos transitorios para reunir su armamento, entregarlo a Naciones Unidas y organizar la casa: la mayoría recibiría amnistía, unos cuantos irían al Tribunal de Paz, y todos trabajarían por lo que llaman “Nueva Colombia”.
Pero la mayoría de los colombianos resultó rechazando el Acuerdo de Paz y, a pesar de que la guerrillerada votó un SÍ rotundo en su especio de refrendación -la Conferencia- hoy no saben bien qué sigue. Tienen, eso sí, el deseo de paz al vivo y, aunque 6 millones de personas no hayan aceptado que vuelvan a la vida civil en las condiciones ya pactadas en Cuba, siguen dispuestos a cerrar el capítulo del fuego y la sangre que ha dejado millones de víctimas. Para ellos, lo que se acordó en La Habana no tiene vuelta atrás.
Carlos Antonio Losada, el comandante del Bloque Jorge Briceño o Bloque Oriental que realizó el sorprendente montaje de la Conferencia instalando un pequeño pueblo donde antes había solo una casa sin electricidad, expresó también en redes sociales esta semana que:
Tener voluntad de paz no significa que el Acuerdo ya firmado se pueda modificar.
Esta publicación se dio apenas dos días después de que inició la crisis por la desaprobación a la decisión de Juan Manuel Santos de firmar el fin de la guerra con la guerrilla más antigua y poderosa de Colombia.
Desde El Diamante, en los Llanos del Yarí, Isabela San Roque dice que, como lo pronunció su comandante esta semana, su voluntad de paz no va a cesar. “Seguimos insistiendo, seguimos perseverando, porque Colombia merece una oportunidad. Los cambios que esta Colombia necesita requieren una reconciliación”, asegura la mujer integrante del mismo Bloque quien coordinó algunos aspectos de la Conferencia y fue clave en el enfoque de género durante los Diálogos de La Habana,
Para cualquier integrante de las Farc, hoy el derecho constitucional a la paz de todos los colombianos es superior al voto en contra de un acuerdo de paz de seis millones de compatriotas, que apenas sobre pasó la otra mitad con 50 mil votos. Su asesor jurídico, Enrique Santiago Romero, ha dicho que “el acuerdo es inmodificable para el derecho internacional” dado que se trata de un Acuerdo Especial Humanitario a la luz del Derecho Internacional Humanitario. Pero lo cierto es que una de las firmas en ese acuerdo, la de Santos, acaba de quedarse sin valor por la voluntad del pueblo de rechazar el acuerdo. Para Isabela San Roque, “independientemente de la coyuntura el acuerdo sigue siendo válido”.
GeneracionPaz.Co habló con San Roque quien, con determinación y con tranquilidad ante la crisis actual tras la derrota del Acuerdo en el plebiscito, recordó que no solo ella sino todos los guerrilleros mantienen su compromiso de hacer las paces con Colombia y reparar a las víctimas.
¿Cuál es el valor de la Conferencia hoy? ¿Sirvió de algo que las Farc refrendara el Acuerdo ahora que el pueblo no hizo lo mismo?
La Conferencia tiene un valor muy alto. Aquí se ratificaron todos los acuerdos, e internamente se ratificó que los guerrilleros y guerrilleras estamos comprometidos con el Proceso de Paz y el paso siguiente, la implementación. Además, la Conferencia ratificó nuestra voluntad de convertirnos en un movimiento político. Discutimos cómo vamos a hacer eso posible, cómo va a ser nuestra reincorporación, la participación de las mujeres, el trabajo por las comunidades. Dimos un sí rotundo a la decisión de dejar las armas y convertirnos en partido político. Y en la coyuntura sí que sigue vigente. Esta Conferencia tiene mucha importancia para el país.
¿Y con todo lo que está pasando, qué sigue para ustedes?
Vamos a continuar en la brega, buscando las alternativas.
Durante cuatro años estudiamos cada vez que iba saliendo un acuerdo, lo íbamos estudiando. En la Conferencia y sus preparativos repasamos los más recientes. Estudiamos los acuerdos. Los interiorizamos, nos ilusionamos con ellos y vamos a permanecer en la base de que se van a implementar.
En ese sentido y en esa medida, no estaríamos dispuestos a modificarlos, tal como lo ha expresado nuestra dirección.
Entonces, si todo sale bien para ustedes, las Farc tendrá una próxima reunión para continuar temas que quedaron por hablar en la Conferencia. ¿Qué quedó pendiente?
En la Conferencia se habló de cómo será el carácter y la proyección de nuestro movimiento político. Hay propuestas de nombres, y también ideas a grandes rasgos. En un espacio a futuro vamos a resolver el detalle de todo eso.
¿Qué sensación tienen en los Llanos del Yarí, después de la Conferencia y a propósito de lo que está pasando hoy?
Primero, que la Conferencia fue la puerta para muchas de las cosas que se vienen para nuestro país. Se mostró que la reconciliación implica cosas simples: conocernos, convivir, conversar con la gente. Además, estamos en una zona de olvido del Estado, lo cual permitió que mucha gente que no conocía esta realidad lo hicieran, y también que nunca había tenido contacto con nosotros. Fue muy importante que la prensa pudiera conocernos de tú a tú, y saber cómo somos los guerrilleros de carne y hueso. Las emociones, los reencuentros familiares, el intercambio cultural, todo eso fue muy bonito y muy importante. Aquí nos convencimos y mostramos al mundo que la paz es posible. Y seguimos convencidos de eso.
Ver el álbum "Así se vive el fin de la guerra: Décima Conferencia de las Farc" en Facebook:
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