Las víctimas y el pueblo colombiano que optó el SÍ exigen prontamente un lugar en la negociación del Acuerdo Final de Paz. En los números del plebiscito, se trata del no despreciable 49% de los ciudadanos. En cinco décadas de guerra, han sido ellas y las comunidades olvidadas (y serán en el futuro si no se implementan pronto los acuerdos) quienes llevan el peso fatal de la guerra. Ahora exigen que, como se dijo siempre, sean las víctimas el centro de las conversaciones, y por tanto tengan participación directa. Que las decisiones respecto al futuro de lo logrado en La Habana no se quede entre élites.
El triunfo del NO en el plebiscito por la paz del pasado domingo, conllevó a la incertidumbre sobre si se reabre la negociación con la guerrilla de las Farc y, por otro lado, a tomar decisiones en privado con los partidos políticos, los líderes religiosos y, por supuesto, el uribismo que promovió el rechazo al Acuerdo Final y fue el triunfador porcentualmente en la refrendación. Sin embargo, pese a que el Proceso de Paz contó con amplio respaldo y aportes de la sociedad civil, y la participación directa de las víctimas, éstas no han sido aún convocadas para la medición de fuerzas que se da desde este lunes tanto en Palacio de Nariño como en clubes de Bogotá y recintos de La Habana, a donde viajó una parte del equipo negociador de gobierno este lunes, así como los asesores Álvaro Leyva y representantes de la Misión de las Naciones Unidas que estaba lista para acompañar y verificar la dejación de armas.
La mitad de Colombia que votó SÍ, en especial las organizaciones de víctimas que han puesto la peor cuota a lo largo del conflicto y que en los útlimos años han puesto además su generoso perdón para aportar a la reconciliación del país, reclaman reconocimiento inmediato y participación en las conversaciones actuales y posible re-negociación.
Rechazamos rotundamente el camino de un pacto cerrado y elitista de las derechas, que de nuevo excluya a la gente del común y que es un camino seguro a un nuevo ciclo de violencia.
Así lo dijo el Congreso de los Pueblos quien este martes se manifestó en contra del "pacto de élites" que se estaría llevando a cabo si no se incluyen sus voces y luchas prontamente.
Lo que se impone en el país es un Gran Diálogo por la Paz --que muchos venimos proponiendo de tiempo atrás--, que trascienda las pretensiones de hacer pactos cerrados entre élites gubernamentales y políticas, y acerque todas las fuerzas sociales que seguimos apostando a la construcción de la paz.
Por su parte, desde Antioquia, donde el NO ganó con el 62% de los votos, las organizaciones de víctimas y defensoras de Derechos Humanos, recordaron en comunicado emitido este miércoles que:
El Acuerdo Final pactado por las partes contó con una amplia participación de las víctimas, basados en el principio según el cual estamos en el centro de los Acuerdos (...) Saludamos la convocatoria hecha por el presidente Juan Manuel Santos de llamar a un Frente Común por la Paz, pero éste debe ser un gran Pacto Ético y Social de amplia participación. Rechazamos la idea de un Pacto de Élites, como ya ocurrió con el Frente Nacional, en el cual solo participen los partidos políticos. Las miles de personas que respaldamos el Sí exigimos ser escuchadas. El tal sentido, esperamos se mantenga el principio de acuerdo con el cual las víctimas estamos en el centro de los Acuerdos y se abra el escenario para participar con voz y voto en las discusiones ya iniciadas, por ello quedamos atentos y atentas a la convocatoria.
Para las Madres de la Candelaria Línea Fundadora, las Mujeres Caminando por la Verdad que siguen exigiendo buscar sus desaparecidos en La Escombrera, las víctimas de crímenes de Estado, entre otras, "sería inmoral una reforma en la cual solo se juzgue a los guerrilleros y se desconozca la responsabilidad de los militares y otros actores del conflicto". Esto en relación a la propuesta del senador Álvaro Uribe -quien hoy se reúne junto con Andrés Pastrana con el Presidente Juan Manuel Santos- de brindar "beneficios jurídicos" a los militares, lo que incluiría por ejemplo a los inculpados en los falsos positivos que justo este martes tenían audiencia la cual fue suspendida generando la indignación de las víctimas.
Entre tanto, los Pueblos Indígenas de Colombia reafirmaron su vocación de paz y convocaron a una masiva movilización en defensa del acuerdo de La Habana. Desde el 8 de octubre marcharían desde diversos territorios de Colombia hasta Bogotá en exigencia de que se cumpla lo acordado. Luis Fernando Arias, presidente de la ONIC, dijo que:
En la puesta en vigencia del acuerdo, nosotros creemos que las víctimas de este conflicto votaron a favor de los acuerdos y eso lo legítima, por eso creemos que se aplique en nuestros territorios y salir de este limbo en el que estamos colombianas y colombianos.
Para el Congreso de los Pueblos un Gran Diálogo por la Paz es lo que debe implementarse ahora generando un consenso democrático para:
1. Refrendar el Acuerdo para la construcción de una paz estable y duradera con las Farc
2. Dar inicio a la negociación con el ELN, quien ha enviado mensajes positivos al respecto durante esta semana.
3. Romper la polarización a favor de la paz evitando que se profundicne las grietas de la democracia.
4. Implementar lo acordado en La Habana y días próximos.
NO, señor presidente Santos: Los más de 6 millones de colombianos y colombianas que dijimos SÍ al plebiscito, no votamos por el gobierno ni menos por un pacto de esas características; no es el gobierno el que nos representa, ni mucho menos unos partidos de gobierno que hicieron nada para que triunfara el SÍ. NO, señor senador Uribe: no todos los y las colombianas que votaron NO son reaccionarios y guerreristas como usted; millones que votaron así, también están a favor de la paz y de la salida negociada al conflicto armado, y no es el Centro Democrático el que los puede representar.
Respecto a la orden del Presidente Santos de llevar el cese bilateral al fuego hasta el 31 de octubre y la reacción de las Farc de ordenar a sus hombres resguardarse, protegerse (no atacar), las organizaciones de Medellín y Antioquia piden que se mantenga el Cese para evitar que los fusiles de ambos bandos sigan llenado de sangre y dolor este país.
No es momento para presiones ni concesiones arbitrarias a quienes se oponen a la paz.
En todos los casos la invitación es a manifestarse públicamente y elevar cada vez más alto el grito que exige que el derecho constitucional que tienen todos los colombianos a un país en paz, no sea arrebatado por 55 mil votos de diferencia entre aceptación y rechazo a los acuerdos de La Habana, cuando la negociación se hizo con participación de las víctimas y de cara a resolver deudas históricas con los más vulnerables de Colombia que ahora exigen estar en la Mesa.