Después de semanas de clamor de un pueblo que anhela su paz, hoy se firma en Bogotá el Nuevo Acuerdo entre gobierno y Farc.
Una vez más Colombia firma un acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc, ahora renovado, ampliado y que incluye las propuestas de los opositores al Proceso de Paz. Éste inició hace cinco años y derivó, primero, en conversaciones secretos hasta instalar los Diálogos de La Habana y lograr un nutrido tratado de paz que fue llevado a las urnas el pasado 2 de octubre resultando derrotado por una escasa mayoría.
El que se firma hoy será refrendado e implementado en el Congreso de la República con modificaciones que incluyen en algunos aspectos -según la Fundación Ideas para la Paz FIP- el 90% de las propuestas. Es el caso del tema de género.
De acuerdo con un estudio publicado por la FIP el 58% de las propuestas del No se incluyeron total o parcialmente.
En lo relacionado con participación política, Farc y gobierno modificaron el acuerdo en un 55%, mientras que las propuestas sobre drogas (del No y otros sectores) se incluyeron total o parcialmente para un total de 75%. Víctimas y justicia fue el tema en el que más se incluyeron las reformas sugeridas por el NO.
Al tiempo que en Bogotá y La Habana se dialogó y escuchó a los opositores y sus ideas, en las calles de Colombia el pueblo no se cansó de marchar, cantar, orar e invocar la paz.
La ciudadanía que más ha sufrido por la guerra, los defensores de derechos humanos, los campesinos, los indígenas, las mujeres y los jóvenes se movilizaron en todo el país con la consigna #AcuerdoYa exigiendo la pronta firma e implementación del acuerdo renovado. Todo ello bajo el argumento de que la paz es un derecho de todos los colombianos. Y llamando la atención sobre el 49.9% que votó SÍ (más de 6 millones de personas) en el Plebiscito.
Lamentablemente, a algunos de estos líderes, movilizarse a favor de la paz les está costando la vida: cinco de ellos han sido asesinados desde que se realizaron por ejemplo las vigilias por la paz en los campamentos de Farc a finales de octubre. Ayer se sumó un hombre de Buenaventura, sembrando aún más urgencia para sacar adelante estos tratados de paz. En lo que va del año son una veintena de víctimas. Otros han sobrevido a los ataques y algunos más son amenazados.
Para proteger las vidas de cualquier colombiano, urge la firma del acuerdo y que cada punto comience a materializarse, como el cese al fuego definitivo y la comisión de garantías de seguirdad.
La que se firma hoy es la paz que pidió el pueblo en campos y ciudades, y ahora tomando en cuenta incluso a los detractores del Proceso. Aún cuando fueron escuchados, éstos insisten en rechazar la posibilidad más cercana de que las Farc dejen de ser un ejército armado y vuelvan a la democracia a luchar por el poder desde la política, como en cualquier proceso de paz del mundo.
El fin del conflicto armado por la vía negociada ha sido esquivo, pero hoy se despeja nuevamente. La firma de hoy es simbólica además porque es la primera vez que el secretariado de esta guerrilla esta reunido en la capital custodiado por el Estado.
La unión y el trabajo en equipo serán claves en los tiempos que ya han comenzado a mostrarse difíciles. Cada paso para dejar la guerra atrás, aunque con sacrificios, nos conduce al anhelado sueño de transformar el país en uno más democrático, justo y moderno donde no tengamos que matarnos por nuestras diferencias.
En Plaza de Bolívar la concentración popular comienza a las 10 am.
Nuevos tiempos se avecinan. ¡Paz para el pueblo!
Foto: César Romero para el CNHM durante la Marcha de las Flores en Bogotá
