El Estado argentino está impulsando ante la UNESCO que el Museo Sitio de Memoria ESMA, que fuera uno de los más grandes campos de concentración y exterminio, sea declarado Patrimonio Mundial.
El proceso de paz en la Argentina tendrá pronto un capítulo clave tras los duros años de reconstrucción de las heridas que dejó la última dictadura militar de 1976-1983 en ese país: el Estado está impulsando ante la UNESCO una postulación para que el Museo Sitio de Memoria ESMA, que fuera uno de los más grandes campos de concentración y exterminio, sea declarado Patrimonio Mundial. Para eso postulan dos valores universales excepcionales y buscan consensos sociales que avalen que lo que allí se vivió amerita ser preservado, a la luz de la lucha que dieron los organismos de Derechos Humanos para que nunca se olvide.
El proceso comenzó en octubre de 2015, a pocos meses desde la inauguración del Museo, cuando un equipo de trabajo convocado por la directora de esa institución, la museóloga y sobreviviente Alejandra Naftal, hizo un examen crítico y comparativo de las pautas provistas por Unesco para la nominación de bienes a la Lista del Patrimonio Mundial de ese organismo y elevó una propuesta a la Secretaría de Derechos Humanos y al Ministerio de Justicia. Desde entonces se trabaja en la elaboración de un expediente de nominación que el equipo espera presentar en septiembre de este año como antesala de la votación final en París, que se llevará a cabo en junio de 2023.
Entre los antecedentes de otros lugares de memoria que ya han sido declarados por la UNESCO como parte de ese programa están Isla de Gorée, en Senegal, el Muelle de Valongo en Brasil, el campo nazi de concentración y extermino de Auschwitz-Birkenau, en Polonia, el puente viejo de Mostar, en Bosnia-Herzegovina y la prisión sudafricana de Robben Island, que representa el combate contra el apartheid. Para todos ellos, la UNESCO pide que sus narrativas actuales ofrezcan una versión equilibrada y veraz de los hechos históricos, y la comprobación de que el bien cultural propuesto no solo es un testimonio relevante para el país o la región sino que tiene valor universal excepcional.
En el caso del Museo Sitio de Memoria ESMA, los valores universales excepcionales que propone la institución son: el terrorismo de Estado basado en la desaparición forzada de personas, y el consenso social como medio para lograr justicia. El equipo que lleva adelante la candidatura sostiene que, si bien pueden encontrarse en otros sitios, esas dos características fueron típicas del plan desplegado en el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada. También que la nominación supondría un desafío porque “propone una reinterpretación del bien, ya no en el contexto de su indudable relevancia dentro de la historia argentina y regional, sino como una contribución al Patrimonio Cultural del mundo”. En ese sentido, su lema es “Memoria Argentina para el Mundo. Patrimonio del Nunca Más.”
Entre las principales acciones que está llevando a cabo el equipo están la elaboración y ejecución de un plan de mantenimiento y conservación patrimonial del edificio y la presentación de la iniciativa de postulación ante el Consejo Asesor del Museo Sitio de Memoria ESMA, integrado por los organismos de Derechos Humanos que participan del gobierno de ese espacio.
Fotos: Cortesía ESMA
