Briceño, en el Norte de Antioquia, es el laboratorio de la paz de Colombia. Allí comenzó el desminado humanitario y desde hace un par de meses se alista todo para iniciar la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito. Lo que pase allí será, en gran medida, lo que se replique en el resto del país cuando se implementen los acuerdos de La Habana. Sobre este "piloto" de la paz presentamos la Primera Parte de la Entrevista a su secretario de Gobierno.
"La guerra en Briceño ha sido un desastre". Así empieza su testimonio Medardo Ramírez, el secretario de gobierno del municipio de Briceño quien, nacido en este pueblo, ha perdido amigos, familia, tierras y en ocasiones hasta las esperanzas a causa de los golpes del conflicto armado. Pero hoy, a unos meses de que en su pueblo comenzaron a implementarse los acuerdos del Proceso de Paz de La Habana, Medardo es un optimista más y, además de creer que en el futuro será mejor con el fin de la guerrilla como grupo alzado en armas, ve desde ya los beneficios de la salida negociada.
En parte, lo atribuye a la presencia del Estado que ha vuelto la mirada sobre esta montaña del Norte de Antioquia gracias a que en la vereda Orejón, que pertenece a Ituango pero a la cual se accede por Briceño, comenzó el desminado humanitario pactado por Farc y gobierno. Además, allí comenzará la sustitución de cultivos de uso ilícito en la vereda Pueblo Nuevo, donde se viven aires de paz mientras los guerrilleros de las Farc conviven con funcionarios del gobierno, todos sin armas, en medio de un caserío pequeño poblado por niños, mujeres y campesinos que aspiran a dejar de cultivar y procesar hoja de coca para dejarle a sus hijos y nietos un futuro en paz.
Generación Paz visitó Briceño y presenta la Primera Parte de esta entrevista como una entrega inicial del reportaje sobre La Paz en Briceño.
Cuando se empezó con el plan piloto de desminado de la vereda orejón los grupos ilegales fueron retrocediendo.
Se ha sentido una paz.
Hemos notado que la seguridad ha mejorado mucho y sentimos una tranquilidad para vivir desde hace unos meses atrás.
Desde el gobierno departamental y nacional han mandado tropas del Ejército y los otros grupos (ilegales) se han retirado por diferentes circunstancias. Nos ampliaron el pie de fuerza del comando municipal de Policía.
Briceño se volvió un punto de encuentro de todos los entes. Nos volvimos importantes. Ojalá que esto dure muchos años para que Briceño pueda salir adelante.
El gobierno nacional puso la mirada en nosotros, pero no queremos que sea solo por la moda.
Queremos seguir subiendo para que con el programa de sustitución de cultivos voluntarios lleguemos a un punto feliz donde los campesinos se vuelvan productivos y puedan salir de la ilegalidad y entremos en el proceso de la legalidad que es lo que queremos ahora todos.