Miremos la paz cara a cara: Humberto de La Calle

El discurso del jefe de la delegación de gobierno del pasado 6 de jullio, Humberto de La Calle, es de gran valor para este momento del país. Nos habla sobre los enormes avances del proceso de paz con las Farc recientemente y el inicio del desminado humanitario en Briceño, Antioquia, este 10 de julio pasado. De La Calle se dirige a las nuevas generaciones, a sus nietos, a los jóvenes, sobre la oportunidad histórica que tenemos ahora de conocer la paz cara a cara. "Es posible; es realmente posible, que la guerra desaparezca del panorama nacional", concluye.

Por: 
Humberto de La Calle

El 23 de junio el Gobierno y las FARC, en presencia del Secretario General de Naciones Unidas, llegamos a un acuerdo sobre las reglas del cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, sobre un cronograma concreto y claro para la dejación de las armas con verificación y monitoreo y un esquema robusto de garantías de seguridad.

Los colombianos debemos entender que este acuerdo marca el comienzo de una fase nueva: La fase del fin de la guerra. Estamos al borde de una nueva realidad. Esto es en serio. La oportunidad histórica de terminar el conflicto está ya sobre la mesa.

Este hecho debe también generar un cambio en la mentalidad de todos. Hay que prepararnos para la paz. No hay que temerle a la paz.

Por su parte, en desarrollo de los preparativos para el Fin del Conflicto, hemos acordado poner en marcha visitas técnicas para preparar las zonas veredales en las que se concentrarán las FARC y explicar a sus integrantes el contenido de los acuerdos y el paso a la vida civil.

Esta no es una concesión a las FARC. Es por el contrario un escenario necesario para preparar la implementación de los acuerdos de cese al fuego y dejación y para que los hombres y mujeres de las FARC conozcan los términos de lo que se acordó y solidifiquen una decisión colectiva de asegurar el cumplimiento de los acuerdos. Hay que entenderlo así. La presencia en los próximos días de dirigentes de las FARC en Colombia es también un paso hacía la terminación de la confrontación y el comienzo de la reintegración de las FARC a la política sin armas.

También vendrá un grupo de integrantes de las FARC a la Habana para recibir entrenamiento en las tareas que deben desarrollar como parte del mecanismo de verificación que deben adelantar luego en compañía de Naciones Unidas y los países de la región que integran la Misión, el Gobierno y nuestras fuerzas militares.

De igual modo, el 10 de julio se dio comienzo en el municipio de Briceño, Antioquia, a un esfuerzo conjunto de sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito. Es un primer paso en el proceso de superación de este grave problema. Allí harán presencia las autoridades y la comunidad, a fin de comenzar la tarea conjunta de cambiar la economía ilegal por nuevas líneas de producción. Habrá presencia de las FARC para reafirmar por boca de uno de sus dirigentes su decisión de cooperar con el Estado en la superación de este flagelo. Este solo hecho tendrá una repercusión enorme en la desaparición de esos cultivos.

También celebramos el aporte de la comunidad internacional, Cuba y Noruega, por supuesto, Chile y Venezuela. Pero también Naciones Unidas, la Unión Europea y el Gobierno de los Estados Unidos.

Quiero aprovechar esta oportunidad para resaltar el extraordinario papel que ha jugado el delegado del Presidente Obama, el Señor Bernard Aronson. Agradecemos a Bernie su dedicación, su empeño, su transparencia y sobre todo su paciencia en las largas conversaciones que sostiene con las delegaciones para facilitar los avances del proceso.

Se ha convertido en un pilar de este proceso.

Repito: es un nuevo momento. Hay que acoplar la mente a esta nueva realidad. Llamo a los ciudadanos a hacerlo. A entender que la guerra va a terminar. También las instituciones deben pensar en clave de paz.

Miremos la paz cara a cara. Es posible; es realmente posible, que la guerra desaparezca del panorama nacional.

Ahora me dirijo a los niños. Me dirijo a mis nietos.

Entre los primeros mensajes que recibimos cuando teníamos su edad, estuvo siempre la violencia como telón de fondo principal.

La generación que ahora comienza podrá romper ese telón y mirar la realidad de otra Colombia, una Colombia en paz.

Nos queda la tarea de la seguridad ciudadana. Terminar el conflicto guerrillero es también la oportunidad de redoblar esfuerzos en ese campo. El lema para quienes apenas despiertan es éste: Paz con seguridad. Paz con seguridad. Paz para nuestros hijos y nuestros nietos.