Los falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales son resultado de la política de Seguridad Democráctica del ex presidente Álvaro Uribe que promovía las "bajas" a guerrilleros a cambio de permisos y otras recompensas a los militares responsable de los "buenos resultados". Para obtenerlos, los integrantes del Ejército asesinaron inocentes, sobre todo campesinos hombres jóvenes humildes, y los hicieron pasar como rebeldes a quienes asesinaron en combate, cuando los habían asesinado a sangre fría premeditadamente para hacerlos pasar como guerrilleros. Una de las caras más horribles de la violencia de Estado vivida en Colombia.
La pena impuesta fue de 21 años. Un cabo, cuatro soldados y un civil fueron declarados culpables por secuestrar campesinos en Sucre y hacerlos pasar por guerrilleros muertos en Urabá. Reproducimos el Comunicado de la Fiscalía dado a conocer el día de ayer.
Medellín, 4 de abril de 2016. El 3 de diciembre de 2007, tropas de la Brigada XVII del Ejército Nacional reportaron la muerte de dos jóvenes sin identificar en supuesto combate con el frente 58 de las Farc, en el cerro La Auyama del municipio de Turbo (Antioquia). Varios días después se estableció que las víctimas, identificadas como Víctor Alonso Perez Osorio y Francisco Segundo Sierra Salazar, fueron conducidas con engaños desde Sincelejo (Sucre) a la regíon de Urabá para un supuesto empleo.
Por estos hechos preacordaron con la Fiscalía y fueron sentenciados a 21 años de prisión el cabo Luis Alejandro Toledo Sáncez y los solados profesionales Santiago Palacios Córdoba, Saúl Enrique López Chavarría, Ferdinando Zambrano Hernández y Luis Carlos Madrid Romero, lo mismo que el particular José Dionisio Ramos Castillo, alias Joselito Carnaval. Los procesados aceptaron los cargos que les formuló un Fiscal de la Dirección Nacional de Derechos Humanos y DIH por el delito de homicidio en persona protegida en concurso homogéneo y sucesivo.
Los investigadores determinaron que días antes del doble homicidio el personal militar recogió la suma de $ 800 000 y contactó al suboficial para que consiguiera las víctimas por medio de alias Joselito Carnaval, reconocido reclutador de jóvenes para falsos positivos en el departamento de Sucre.
Las víctimas fueron baleadas en estado de indefensión y cerca a sus cadáveres fueron colocados un fusil y una pistola, armas que fueron conseguidas también con el dinero recolectado. Por las supuestas bajas en combate los militares recibieron 15 días de vacaciones.
Por homicidios similares perpetrados por tropas de la Fuerza de Tarea Conjunta de Sucre, la Dirección Nacional de Derechos Humanos y DIH adelanta múltiples investigaciones en contra Luis Alejandro Toledo Sánchez y de José Dionisio Ramos Castillo.
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