Un día después de la guerra
si hay guerra
si después de la guerra hay un día
te tomaré en mis brazos
un día después de la guerra
si hay guerra
si después de la guerra hay un día
si después de la guerra tengo brazos
te haré con amor el amor
un día después de la guerra
si hay guerra
si después de la guerra hay un día
si después de la guerra hay amor
y si hay con qué hacer el amor: Jotamario Arbeláez
Más de cincuenta años de guerra, dos generaciones inmersa en ella, nuestras historias giran alrededor de la muerte, el desarraigo, la pobreza y el abandono. Esta generación, tiene la gran posibilidad de poder construir y contar otra historia, la del fin de la guerra.
La esperanza de paz que hoy tenemos los amantes de la vida, no nos puede ser arrebatada, no nos perdonarían las futuras generaciones que dejásemos escapar de nuestras manos la paz. No podemos desistir a pesar de que nos siga costando la vida.
Pero... ¿Y si me matan? ¿Si por defender la vida me matan como a esos cientos de líderes que han sido asesinados bajo la mirada silenciosa del estado? Estoy segura que vendrán no cientos sino miles más a sumarse por la defensa de la paz. Y le quedara a usted señor presidente la vergüenza de haber traicionado lo firmado, de haber recibido un premio nobel de paz cuando permitió que a Colombia a pesar de la existencia de un acuerdo de dejación de las armas para la construcción de una paz estable y duradera, la rodeara la muerte sin que a usted y los suyos le importe, lo acompañara la vergüenza de no haber emprendido acciones contra el paramilitarismo que hoy continua exhibiéndose por los territorios más golpeados y empobrecidos por la violencia.
Esos miles y miles que vendrán a defender la paz, lograrán llegar al fin del camino y permanecerán allí fuertes como el roble. Y ya la paz no nos costará la vida, y ya no habrá más carrozas de la muerte recorriendo nuestras calles, y las rosas ya no serán para nuestros muertos. y cuando nuestros viejos cuenten las historias ya no será con lágrimas sino con una sonrisa en el rostro, no volverán a contar nunca jamás que la guerra nos ganó la vida.
¿y si me matan? Estoy segura que no será en vano. Si en tiempos de guerra no lograron hacernos claudicar, no será en tiempos de paz que renunciemos a la utopía de una Colombia justa, equitativa, digna e incluyente.
Fundación Tejidos de Paz. Riohacha, Guajira