Entre 2012 y 2015, en El Orejón hubo 19 víctimas de minas antipersonal, entre militares, campesinos, niños y niñas, erradicadores de coca y guerrilleros. Hoy están a la espera de que reinicie el Desminado Conjunto que gobierno y Farc adelantan en la zona como una de las medidas para desescalar el conflicto en Colombia, logradas en los Diálogos de La Habana.
Hoy, lunes 22 de febrero, en El Orejón aún esperan la comitiva del gobierno y las Farc que, el año pasado, lograron extraer 33 minas antipersonales a la tierra en el marco del “desminado conjunto”. El trabajo se hizo como parte de las medidas acordadas en los Diálogos de La Habana para desescalar el conflicto armado. Entre mayo y diciembre de 2015, el equipo alcanzó a despejar 14 mil 700 metros cuadrados de territorio.
Según había dado a conocer Generación Paz, el lunes pasado se retomaría el desminado, de acuerdo con declaraciones del Alcalde de Briceño, José Danilo Agudelo. Así se lo informó a la primera autoridad local el General retirado Rafael Colón, quien encabeza la comisión del Gobierno y dirige la Acción Integral Contra Minas Antipersonal.
El Orejón es una vereda a siete horas de Medellín. Tiene cerca de 100 habitantes. Y está ubicada en el corregimiento Pueblo Nuevo del municipio de Briceño, en el Norte de Antioquia. Se calcula tiene mas de 1000 artefactos explosivos en sus entrañas. Es territorio del Frente 36 de las Farc y la zona más contaminada de Colombia.
En 2015, El Orejón fue escogido para realizar el Proyecto Piloto de Desminado que se retomaría esta semana. El pasado lunes, día destinado para retomar labores, alrededor de 150 personas del Orejón y otras veredas del corregimiento se reunieron con representantes de la ONG Agencia Popular Noruega (APN), que coordina el piloto, y funcionarios del gobierno nacional y local para avanzar en los procesos sociales y productivos que acompañan el desminado humanitario.
Entre 10 de la mañana y 1:30 de la tarde transcurrió el encuentro en el patio de la escuela del Orejón. Allí estuvo la presidenta de la junta de acción comunal, Eugenia Holguín, quien informó que a la zona llegaron, entre otros, funcionarios de Cancillería; Esteban Rueda y Diana Pardo, de la APN; el promotor de desarrollo social de Briceño, Wilmar Moreno, y Eduardo Díaz, director de la Agencia nacional de sustitución de cultivos ilícitos. “Nos dijeron que el proyecto de sustitución no es solo para los propietarios de cultivo, sino que según entiendo es para toda la gente, porque los que no tienen cultivos igual viven de ellos, como las mujeres que les cocinan. Dicen que nos van a dar un subsidio mientras empezamos a producir lo nuevo”, dijo la líder comunitaria.
El promotor de desarrollo social, Wílmar Zapata, explicó que se definieron lineamientos para la sustitución y que a principios de marzo se instalarán mesa de trabajo en algunas veredas para que la comunidad decida qué alimentos van a producir. En mayo las mesas deberán arrojar los diagnósticos para iniciar la erradicación y siembra de los nuevos cultivos.
Después de unas dos horas dedicadas al tema, los pobladores preguntaron por el proyecto de la carretera que va del Orejón al Puente de Chirí, para salir a la vía nueva que hizo Hidroituango y que lleva a Toledo e Ituango, municipios limítrofes. Entre El Orejón y esa vía hay 4 kilómetros, una obra que priorizaron en las primeras reuniones sobre los proyectos sociales del desminado.
“Hay una sola vía a Briceño, por una trocha muy mala y un pasaje vale 20 mil. O sea que para ir y volver necesita uno por ahí 50 mil, porque hay que coger otros carros. Para llevar un bulto de cualquier cosa que cosechemos estamos encartados. Ahora nos dicen que la vía no había sido incluida dentro de los proyectos, cuando fue en lo que más insistimos desde el primer día”, aseguró Eugenia Olguín.
En un informe sobre el desminado conjunto presentado por este medio, el Alcalde también insistió en la necesidad de construir la carretera: “Nuestra gran incertidumbre es de qué nos sirven todos los proyectos productivos si no tenemos cómo comercializarlos porque no hay vía. Eso es prioritario”.
¿Y la segunda fase?
Fabio Muñoz, del Movimiento Ríos Vivos que defiende el territorio y la seguridad alimentaria en el Norte de Antioquia, le dijo a Generación Paz que la promesa inicial era que el equipo técnico de descontaminación regresaría en enero. Pero aún no llega.
Hace una semana se dio la reunión en la que Esteban Rueda, de la Agencia Popular Noruega, le informó al líder que en unos 15 días continuará la descontaminación de minas y artefactos explosivos. Sin embargo, a la comunidad no se le ha informado oficialmente sobre el reinicio de labores.
Durante esa misma jornada, algunos funcionarios le explicaron a la presidenta de la Junta de acción comunal que los retrasos se deben a “unas gestiones en La Habana que están pendientes, pero que para fin de febrero están acá. Yo sí creo, porque a las señoras que le cocinan a los del desminado les dijeron que a partir del 28 de febrero tenían trabajo”.
También ha habido dos reuniones entre funcionarios de la Alcaldía y parte del equipo de desminado, para hacer un empalme con esta nueva administración que empezó el primero de enero de este año, tras las elecciones regionales. “Nos han venido diciendo que finalizando febrero harán estudios no técnicos para identificar áreas que no se han analizado. Pero no es oficial. Fecha concreta no hay”, explicó el promotor de desarrollo social.
La comunidad espera que este año no se repita la historia: entre 2012 y 2015, en Orejón hubo 19 víctimas de minas antipersonal, entre militares, campesinos, niños, erradicadores de coca e insurgentes, según cifras de la Alcaldía de Briceño. Fabio Muñoz concluye que en la vereda está confiada en la continuación de la segunda fase. “Es muy respetable la palabra del general Colón y creemos que no va a faltar a eso. Estamos esperando que sigan en el sector de las Partidas y el Alto del Oso, que son las partes que la comunidad señaló como prioritarias”.
Amenaza paramilitar
Mientras tanto, en otras veredas de Briceño continúan los problemas de orden público. El 27 de enero, el movimiento Ríos Vivos publicó un comunicado en el que denunció que habitantes de seis veredas permanecen en confinamiento por amenazas del Clan Úsuga, y cinco familias han salido desplazadas tras el asesinato de algunos de sus integrantes, a manos de la banda criminal.
“Tres veredas y diferentes familias de El Ojerón están en situación de confinamiento, las comunidades han dejado de usar el transporte público y el pueblo se observa vacío hasta el día domingo. Evitan salir por miedo a ser asesinados (…) Muchos de los campesinos no duermen en sus casas por miedo a incursiones paramilitares y se preparan para un desplazamiento masivo cercano a las 400 personas de no resolverse la angustia que están viviendo”, detallaba Ríos Vivos en su denuncia pública.
Una persona de la comunidad le dice a Generación Paz que en Orejón “gracias a Dios, por esos asuntos el desminado y la presencia del Ejército” la situación de orden público está bajo control. “No se ha visto nada malo, pero para los lados de Briceño sí se ha mentado que a la comunidad le da como miedo salir porque están los paras. Han ocurrido muertes y desplazamientos, pero yo a Briceño casi no salgo”, señala.
Al respecto, el Alcalde respondió que la situación es “estable”, y agregó que aunque hay sospechas de amenazas, las autoridades no han confirmado. La próxima semana saldrán varias comisiones de la administración municipal para “hacer verificación en las veredas que han manifestado incertidumbre”.