El pasado 15 de abril, en las ciudades de Bogotá, Apartadó, Bucaramanga, Tunja y Villavicencio, se realizó la segunda entrega de restos mortales de personas dadas por desaparecidas en el conflicto, que por años estuvieron enterradas como N.N. en cementerios de los Llanos Orientales. Esta vez fueron 15 los hombres y mujeres que pudieron ser identificados y entregados a sus familiares.
Yaneth Camacho, hermana de José Eulises, guardaba silencio y apretaba el corazón. Por largo rato contuvo las lágrimas del dolor de tener en frente, en una caja diminuta, a su hermano de quien no sabía hacía casi una década. Al mismo tiempo, sentía alivio. Al fin apareció y pudo darle sepultura, despedirlo, y en adelante las noches no traerán la pregunta eterna: dónde está. “No pudimos compartir con él, conocer todo lo que tenía por dar, por compartir”, le dijo Yaneth a la prensa de las agencias del gobierno presentes en el acto. José “había ido al campo a buscar sus sueños pero lamentablemente, la guerra le robó la idea”.
Agradeció el gesto de humanidad al devolverle a ella y otros 14 familiares a sus seres queridos, quienes a esa misma hora en Bogotá, Apartadó, Bucaramanga, Tunja y Villavicencio, pudieron encontrarse con sus desaparecidos.
“Gracias a esta semilla, se está sembrando la paz en una Nación llena de dolor y de angustia”, concluyó Yaneth desde la capital.
Este acto nacional se realizó gracias a que en octubre del año pasado, la Mesa de Conversaciones de La Habana acordó la creación de una unidad especial para buscar los desaparecidos que, según la Unidad de Víctimas, son 45 mil registrados a la fecha. “Aquí lo que debe primar es la humanidad. Todos hemos sufrido el conflicto armado como colombianos y colombianas, aunque unas personas lo hayan vivido más directamente que otras”, dijo Iris Marín, subdirectora de la Unidad para las Víctimas. Víctimas, el punto cinco de los Diálogos de Paz, “dio una especial importancia al drama de las personas que han sido dadas por desaparecidas (...) Estamos avanzando en este tema, pero aún nos falta mucho trabajo”, reconoció la subdirectora para quien la cifra de desapariciones podría ser aún mayor.
“Tenemos que darle respuesta a los millones de víctimas que dejó el conflicto armado interno, y entre todas estas víctimas ocupan un lugar especial las víctimas de la desaparición. Esa es la primera obligación, incluso en derecho, en el DIH, que se tiene al finalizar un conflicto: buscar a las personas desaparecidas” les dijo el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, a los familiares presentes.
Con la entrega de la segunda semana de abril, ya son dos que se realizan gracias al Acuerdo del 17 de octubre de 2015, donde el Gobierno y las Farc se comprometieron a, primero, poner en marcha unas primeras medidas inmediatas humanitarias de búsqueda, ubicación, identificación y entrega digna de restos de personas desaparecidas en razón del conflicto armado antes de la firma del Acuerdo Final. En Villavicencio se entregaron los restos de seis personas; en Bucaramanga, tres; Apartadó, dos; y Tunja, dos.
Fotos y video: Grupo de Comunicaciones Oficina del Alto Comisionado para la paz