No más funcionarios vinculados al crimen

Limpiando la fachada de la Alcaldía, jóvenes manifiestan su rechazo ante la política de seguridad actual en Medellín cuyo Secretario fue capturado esta semana por la Fiscalía por posibles nexos con las mafias. Exigen un cambio radical la  política de seguridad "que no habla de convivencia, que no piensa en el valor de la vida, que no reconoce que el estado con sus ausencias territoriales históricas es el que ha creado lo que hoy llaman el enemigo”.

Por: 
Ciudadanos de Medellín

Como ciudadanos hemos visto con escepticismo la política de seguridad del Alcalde Federico Gutiérrez.

Al principio de su mandato cuestionamos fuertemente el nombramiento de Gustavo Villegas como Secretario de Seguridad que además se convirtió en su mano derecha para combatir la delincuencia en la ciudad; él, una persona con dudosas actuaciones mientras se desempeñaba como Director del Programa Paz y Reconciliación y luego como Director de los Juegos Deportivos Suramericanos.

Luego hicimos preguntas a los enfoques, al discurso, a la falta de acciones en pro de la convivencia en las familias y en los barrios, a unos esquemas de acción represivos y autoritarios; hemos cuestionado la inacción frente a la protección de la vida de nuestros jóvenes (que en el 2016 fueron el 49% de los asesinados en Medellín), frente las cifras que se maquillan con retórica.

En el 2016 hubo un incremento del 7.5% en la tasa de homicidios en la ciudad, del 24% en casos de hurto y del 24% en las denuncias por extorsión, sucediendo incluso en zonas donde se han hecho “intervenciones especiales”. La estrategia principal parece ser la captura de fleteros y de cabecillas de estructuras criminales (que se relevan sin problema alguno cada día), más no la inversión social ni el ataque a las rentas ilegales que incluso poco a poco han ido permeando los sectores más tradicionales de la economía. Todos los “resultados” que vemos son insignificantes, meras ficciones que se parecen más a populismo.

A pesar de que nuestros análisis parecían darnos la razón fuimos señalados, y las discusiones públicas que planteamos fueron completamente desviadas; pero ahora este debate sobre la vida no se puede evitar. Porque se trata de eso, de las vidas que podemos salvar.

Tras la captura de Gustavo Villegas reiteramos todas nuestras preguntas, y cuestionamos al Alcalde que en el discurso ha insistido hasta el cansancio en su lucha frontal contra el crimen organizado:

¿Realmente usted no sabía que su Secretario de Seguridad estaba negociando con la Oficina de Envigado? No le creemos.

Exigimos un cambio radical en esta política de seguridad que no habla de convivencia, que no piensa en el valor de la vida, que no reconoce que el estado con sus ausencias territoriales históricas es el que ha creado lo que hoy ustedes convienen en llamar “el enemigo”.

Y hoy simbólicamente, sin dejar de reconocer la labor de algunos funcionarios públicos éticos que aman profundamente a Medellín y le entregan su vida, queremos lavar esta Alcaldía: aclarar las intenciones detrás de tan cuestionables acciones en los altos círculos de mando, quitarle el mugre y el mal olor que los funcionarios sin escrúpulos han dejado impregnado, porque lo único sucio en Medellín no es el aire. Esto daña más la imagen de nuestra ciudad-vitrina que las críticas fundadas que se han hecho sobre la contaminación.

Queremos dejarles una Alpujarra transparente con nuestras propias manos, con las mismas que hemos estado dispuestos a trabajar por esta ciudad que es de todos, a trabajar por la vida.

Fotos: Cortesía Maira Duque