Son mil inmigrantes venezolanos hacinados en las afueras de la terminal de transportes. Hay 16 embarazadas, 66 niños y niñas, 13 discapacitados, y 14 personas de la tercera edad.
"Preferimos pasar mal en casa", dicen los jóvenes que perdieron sus casas cuando empezó la crisis por el Covid. Vivían arrendados pero fueron expulsados cuando no tuvieron con más pagar. Algunos están sucios. Tienen sus sueños en las maletas y cambuches que armaron desde el 12 de mayo, en Medellín.
Hoy cientos de venezolanos están hacinados y en "cambuches" en las afueras de la Terminal del Norte de Medellín exigiendo y esperando repatriación.
Hace unos días salieron buses con 280 de ellos hasta Cúcuta y el mensaje se difundió hasta generar que casi mil inmigrantes de Venezuela hayan llegado hasta allí a la espera de un cupo.
Se alimentan de la caridad pública (la administración les ofrece recursos pero solo si se trasladan de allí) y cocinan en las orillas del río Medellín y casas de los vecinos humildes de Moravia.
Hay 16 embarazados, 66 niños y niñas, 13 discapacitados, y 14 personas de la tercera edad.
Uno de ellos nos dice que :
"De los colombianos hemos aprendido que nada es fácil. Por eso queremos volver a nuestro país, allá tenemos un techo, y una patria por la cual luchar"
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