¡Medellín le camina a la paz!

Unas 40 mil personas se movilizaron después del NO al Plebisicito en la capital antioqueña para exigir su derecho a la paz. El turno de la iniciativa denominada #PazALaCalle fue esta vez para Medellín, una ciudad que demostró que también vibra por la reconciliación y dejó claro que Antioquia no es Uribe. 

Por: 
Redacción Equipo Generación

Después de que Antioquia arrasó en en las urnas en su rechazo a los acuerdos de La Habana, en las calles, entre tanto, el clamor porque las Farc dejen las armas y el Acuerdo de Paz se haga realidad se hizo sentir en una manifestación sin precedentes. Desde las tres de la tarde, miles de personas se unieron en tres puntos de la ciudad para luego congregarse en una sola marcha por el Centro de Medellín. Cuando empezó a oscurecer, la gente inició su camino en silencio con velas en mano desde Plaza de las Luces haciendo, antes que nada, un homenaje a las víctimas que la guerra nos ha quitado. Antorchas y prendas blancas se lucían por doquier en una manifestación que no aguantó las palabras. Rápidamente, los jóvenes comenzaron a gritar: No más guerra. No más guerra. Y coros que exigen la implementación del acuerdo de paz de La Habana se escucharon durante una hora y media de marcha hasta el Teatro Pablo Tobón Uribe.

El acuerdo prevalece. Porque el pueblo lo merece.

Así arengaban los ciudadanos, entre ellos las víctimas quienes además bordaron pañuelos, pintaron y dibujaron un mapa de Colombia en cuyo interior se expresaron con papel y honestidad mensajes de perdón. También, se escribieron cartas para los guerrilleros a quienes, desde esta ciudad marcada por la exclusión y la violencia, la gente les dice: los esperamos, los perdonamos, gracias por dejar las armas, construyamos juntos el país que merecemos.

A las seis de la tarde la lluvia no impidió que los paisas mostraran la mejor cara de una Medellín pacífica, amorosa, solidaria con las víctimas, que pidió perdón a éstas por haber resultado, en las urnas, ofendiéndolas con la derrota del SÍ en este departamento. 

Los campesinos, las mujeres, los maestros, los raperos, los conductores, los graffiteros, los rockeros, los animalistas, los cannabicos, los de sindicatos, los vendedores ambulantes, los motociclistas, los estudiantes, y las familias se unieron la noche del viernes abrazándose y bailando música colombiana. Momentos de verdadera hermandad se vivieron a lo largo del camino donde, trabajadores de locales comerciales, aprovecharon para dejar el trabajo y unirse a la marcha, algunos, avergonzados por no salir a votar o arrepentidos de haber marcado no movidos por sentimientos de miedo y odio que la marcha motivó a dejar atrás. 

Los paisas dejaron claro también que Antioquia no es Uribe. Repetían la frase y levantaron las manos y la voz para dejar claro que, si bien el congresista tiene un amplio apoyo popular en la capital antioqueña, muchos no se sienten representados en un político que le debe muchas explicaciones a Antioquia: creación de las Convivir y fomento del paramilitarismo, humillación a la Comuna 13 con la Operación Orión, impunidad en ejecuciones extrajudiciales, y una lista de "perlas" que hacen sentir deshonrados a sus coterráneos. 

La esperanza iluminó los corazones de los paises quienes, también desde balcones, desbordaron lágrimas por un clamor colectivo de cesar esta absurda guerra. Tambores y gaitas, danzas que sanaron la frustración y verguenza de esta semana ante un país adolorido, se vivieron al cerrar la jornada con música, abrazos y pactos por sumar más voluntades a construir, desde la desigual pero luchadora Medellín, una Colombia en paz.

También, en la tarde del 11 de octubre los universitarios se congregaron en Plaza de las Luces para gritar Paz Ya. La invitación fue realizada por las universidades locales entre ellas Unal, UdeA, Eafit, Pascual Bravo, entre otras.