La manera cómo la periodista fue tratada y retirada del búnker de la Fiscalía contra su voluntad la tarde de hoy 7 de febrero, genera todo nuestro rechazo y exige que se afinen los procedimientos en Fiscalía e interinstitucionales para el manejo de prensa, además de un llamado de atención a los funcionarios de la Alcaldía de Medellín y el CTI en no extralimitarse en sus funciones y respetar el trabajo del periodista.
La periodista Andrea Aldana, colaboradora de GeneracionPaz.Co, quien habitualmente publica en El Espectador e investiga el crimen y las mafias en Medellín y Antioquia hace 10 años, se presentó en el búnker de la Fiscalía hoy para una rueda de prensa donde darían a conocer un importante golpe contra el narcotráfico. Como lo denunció en sus redes y de acuerdo al testimonio que pude recibir inmediatamente después de los hechos, pues me encontraba en dicha rueda de prensa, a Andrea Aldana le obstaculizaron arbitrariamente la realización de su trabajo.
Cuando ya había surtido el ingreso oficial con los funcionarios de Fiscalía, entró al Búnker, bajó al auditorio de la rueda de prensa y quiso cruzar la puerta, el Secretario de Comunicaciones de la Alcaldía improvisó -extralimitándose en sus funciones y vulnerando el derecho al trabajo y la libertad de prensa- un mecanismo adicional para el ingreso. Este nuevo paso consistía en llamar a una colega suya para verificar si Aldana era o no periodista de El Espectador, pues en su calidad de colaboradora y en las condiciones desafortunadas laborale que vivimos los periodistas independientes, Aldana no cuenta con carné de ese medio, a pesar de que es la principal redactora de la realidad de Medellín en los últimos meses. El recurso usado por Jorge González, presente allí dado que el Alcalde ofrecería también declaraciones, fue llamar una colega que también es periodista de El Espectador. La versión de Jorge (reproducida por la jefe de prensa de la Alcaldía) y la que Mary Luz Avendaño aportó en el chat de Prensa de la Fiscalía no son las mismas. Sin embargo, la manera cómo la periodista fue tratada y reitarada del búnker contra su voluntad la tarde de hoy 7 de febrero, genera todo nuestro rechazo y exige que se afinen los procedimientos interinstitucionales para el manejo de prensa en ocasiones como esta, además de un llamado de atención a los funcionarios de la Alcaldía de Medellín en no extralimitarse en sus funciones y respetar el trabajo del periodista.
Además, frente a una comunicación de la Jefe de Prensa de la Alcaldía en el mismo grupo de chat de Prensa Fiscalía Medellín, presento algunas aclaraciones y solicitudes. Reproduzco la comunicación y luego detallo una a una las imprecisiones de la Jefe de Prensa.
En primer lugar no fue maltratada, la periodista no llevó el carné y sin el documento no dejan entrar a nadie. Tampoco la retiraron a la fuerza. Jorge González no la conoce y en ningún momento hubo maltrato, el secretario se destaca por ser un hombre serio y respetuoso. Además llamó a Mary Luz y ella le confirmó que no trabajaba en El Espectador.
El CTI le preguntó al secretario si la conocía y al responder que no, fue el CTI el que pidió que se retirara. Es nuestro deber velar por la seguridad del señor Alcalde.
Una consulta, ¿alguno de ustedes verificó la información, le preguntó al secretario sobre la veracidad de lo ocurrido? Regla de oro del periodismo es conocer parte y contra parte. Les pedimos no emitir juicios de valor sin verificar.
Pediremos a la Fiscalía que haga público el informe de seguridad con lo que pasó.
Cordialmente, Eliana Úsuga. Jefe de Prensa Alcaldía de Medellín
En primer lugar no fue maltratada, la periodista no llevó el carné y sin el documento no dejan entrar a nadie
Primero, Aldana sí entró al búnker y sin problema alguno. La periodista ingresó hasta la puerta de la rueda de prensa como consta en las fotografías divulgadas por ella en redes sociales. Después superar pues los procedimientos de la Fiscalía y estar en la puerta del auditorio donde se desarrollaba la rueda de prensa, el Secretario de Comunicaciones de Alcaldía -tomándose atribuciones que no le corresponden y extralimitándose en sus funciones- interroga y exige un carné. Esto no ocurrió con ningún otro colega. Todos cruzamos la puerta del auditorio sin requisito adicional alguno. Luego, Jorge González realizó llamadas a colegas quienes y procede a decirle a Andrea: Mary Luz Avendaño dice que usted no es periodista de El Espectador. Y le niega el ingreso al salón.
Es maltrato, primero, obstaculizar el trabajo del periodista; segundo, que haya sido personal masculino y no femenino del CTI quien la conduce afuera del Búnker; tercero, el rechazo y estigmatización a la que fue sometida por el secretario de Comunicaciones al impedirle su trabajo aduciendo como argumento: no la conozco; cuarto, que un funcionario público se haya extralimitado en sus funciones pues las instalaciones y el evento eran de la Fiscalía.
Además de que hubo maltrato es grave que la Alcaldía lo niegue pues, con ello, incurre en mentiras y en un nuevo maltrato a la periodista y el gremio que la apoya.
Tampoco la retiraron a la fuerza. Jorge González no la conoce y en ningún momento hubo maltrato, el secretario se destaca por ser un hombre serio y respetuoso. Además llamó a Mary Luz y ella le confirmó que no trabajaba en El Espectador.
Jorge González, secretario de Comunicaciones de la Alcaldía, junto a funcionarios de CTI le pidieron que se retirara. No cuestionamos, en mi caso al comunicar los hechos en el chat de prensa Fiscalía, ni de Andrea en sus denuncias públicas, los valores o asuntos personales de González. Pero sí el desatino que cometió como funcionario el día de hoy.
Ella exigió que no la tocaran cuando los uniformados armados se acercaron. Ella se retiró por la fuerza. Claramente, su voluntad era ingresar a la rueda de prensa y realizar su trabajo de periodista independiente, investigadora del crimen y narcotráfico, modalidad de trabajo que -aunque Jorge González desconozca o desconozca la firma de Andrea como periodista- no tiene porque imperdirle su trabajo. Ahora bien, ella adujo que el artículo podía ser publicado en El Espectador donde es colaboradora (llamáse periodista también, aunque no tenga contrato laboral). Véase tan solo el último artículo que publicó el fin de semana pasado justamente llamado "Los Testigos Sin Memoria" sobre el caso Santiago Uribe y sus testigos.
Ahora bien, reiteramos, Jorge González no tenía autoridad al interior de la Fiscalía, ni tampoco porqué exigirle un carné cuando los demás periodistas ingresan solo con la cédula, la huella y la foto en el REGISTRO OFICAL DEL BÚNKER DE LA FISCALÍA. González no es funcionario de la Fiscalía y aunque esto hubiera ocurrido en instalaciones de la Alcaldía, es un claro a todas luces discriminatorio si se aplica solo con una de decenas de periodistas periodistas. Fue arbitrario de parte del señor Secretario de comunicaciones imponer un mecanismo y puesto adicional de ingreso solo para la periodista Andrea Aldana. Y más aún intentar confirmar si era colaboradora de El Espectador -lo cual para empezar no le correspondía al señor Secretario- con un mecanismo no solo poco profesional sino sin fundamento legal o profesional: llamando una conocida suya, la periodistas Mary Luz Avendaño. Si Avendaño afirmó o no que Andrea no trabaja en el Espectador, no es criterio alguno para que un funcionario que no tiene función de "ingreso" ni es empleado de Fiscalía determine si la respuesta le sirve o no.
El procedimiento oficial para ingresar a la rueda de prensa era registrarse a la entrada de Fiscalía y ella hizo eso. Aunque sabía que ya había surtido el trámite oficial, Andrea Aldana le ofreció una alternativa al Secretario. Le propuseo revisar sus últimos artículos en google para verificar si publicaba o no en El Espectador. Jorge se negó. Dijo: Mary Luz me dijo que no trabajas allí y como nadie te conoce y yo no te conozco no te dejo entrar. Cualquier funcionario no puede imponer a su antojo criterios improvisados como "conocerte o que la gente que yo conozco te conozca" para permitir el ingreso a una rueda de prensa. Partamos de la base de que Aldana ya había surtido el ingreso "oficial". Y ningún periodista presente en la rueda de prensa tuvo que surtir un trámite adicional.
El CTI le preguntó al secretario si la conocía y al responder que no, fue el CTI el que pidió que se retirara. Es nuestro deber velar por la seguridad del señor Alcalde.
El CTI de la Fiscalía también incurrió en maltrato y extralimitación, además de error en procedimiento pues el Secretario de Comunicaciones no es autoridad en la Fiscalía ni mucho menos el criterio debe ser si te conoce o no. Es preciso que la oficina de prensa de Fiscalía revise una vez con ellos esta actitud y la logística de estos eventos donde participan varias instituciones aclarando a sus funcionarios lo obvio, que hay un procedimiento e informándolo con claridad y antelación, para evitar que funcionarios como González tenga lugar a improvisar a su antojo.
Además, se equivoca la jefe de prensa de la Alcaldía al decir que es nuestro deber (suponemos que habla de su equipo de prensa) velar por la seguridad del señor Alcalde. Es al contrario. El Alcalde como primera autoridad y con las instituciones competentes a las cuales él dirige, no sus jefes de prensa, son quienes deben velar por la seguridad de los ciudadanos. Incurre en un grave error la funcionaria al desvirtuar las funciones del Secretario de Comunicaciones y de ella misma. Su contrato debe decir claramente para que fueron contratados y bajo ninguna circunstancia es aceptable que jefes de prensa o secretarios de Comunicaciones se conviertan, por voluntad propia, en adalides de la seguridad de nadie. Para eso son las instituciones.
¿Alguno de ustedes verificó la información, le preguntó al secretario sobre la veracidad de lo ocurrido? Regla de oro del periodismo es conocer parte y contra parte. Les pedimos no emitir juicios de valor sin verificar.
Verificar la información no solo se limita a hablar con la voz oficial: El secretario de Comunicaciones. Es indispensable además indagar con la periodista agredida, y por supuesto con la Fiscalía. Bien lo dice "parte y contraparte", así que no solo la voz de la Alcaldía será necesaria para comprender lo sucedido.
En su pedido de no emitir juicios de valor sin verificar -solicitando a una verificación con una sola de las partes, además- la jefe de prensa incurre en intento de censura.
Pediremos a la Fiscalía que haga público el informe de seguridad con lo que pasó.
Del mismo modo, la Alcaldía de Medellín debe publicar una comunicación detallada de lo ocurrido y reafirmar la conversación con la periodista Mary Luz Avendaño pues, después de que la jefe de prensa enviara esta comunicación, la señora Avendaño desmiente a la jefe de prensa que cita a González diciendo que ella (Avendaño) no afirmó que Aldana no trabaja en el Espectador.
Exigimos una disculpa de parte de la Alcaldía de Medellín, la Fiscalía, el CTI, y que los procedimientos para ingreso de rueda de prensa en Fiscalía y otras instituciones sean respetados y únicos. No es posible que cada funcionario invente sus propios requisitos más aún en instituciones diferentes a las que pertenece.
Pedimos además que la Jefe de Prensa rectifique las imprecisiones de su comunicación. Y además que junto al Secretario de comunicaciones y el Alcalde de Medellín tomen medidas para que nunca más un funcionario de la Alcaldía se extralimite en sus funciones y obstaculice el trabajo periodístico.
Por último, agregar que Aldana se intentó comunicar con el jefe de prensa de Fiscalía cuando el Secretario impidió su ingreso, sin suerte pues éste se encontraba atendiendo la rueda de prensa al interior del auditorio.
Katalina Vásquez Guzmán
Editora Revista Generación Paz - Corresponsal del diario Página/12 de Argentina en Colombia
Presidenta de la Asociación de Periodistas de la Universidad de Antioquia