¿Dónde está la paz del pueblo? Siguen los asesinatos

Con el homicidio de la indígena Efigenia Vásquez  este domingo en Cauca, se completa una semana de sangre derramada tras los incumplimientos de gobierno en la implementación del Acuerdo de Paz que llevaron a la masacre de 9 campesinos en Tumaco este 5 de octubre. Esta semana también fueron asesinados un indígena en Chocó, y uno más en Medellín, Luis Gil de la Mesa de Derechos Humanos. Alarma por el papel del Estado, la agresión a civiles y el creciente homicidio a líderes sociales.

Por: 
Redaccion GeneracionPaz.Co

En el predio Aguastibias, de Cauca, fue asesinada este domingo 8 de octubre la comunera del resguardo de kokonuko, también comunicadora de la Emisora Renacer Coconuco y madre de dos hijos. Habría ocurrido a manos del Esmad de la Policía, según dijo su comunidad. El hecho se da un par de días después de la masacre de 6 campesinos en Tumaco que protestaban por los incumplimientos de gobierno en la sustitución voluntaria de coca. Y todo ello mientras circulan alertas y se producen ataques por avances de paramilitares en Chocó, Yarumal, Amalfi, Remedios -donde retuvieron dos ex combatientes de Farc y robaron ganado-, Putumayo, Chocó, Nariño. 

También, esta semana fue asesinado otro indígena en Chocó, en el Medio Baudó donde se libran enfrentamientos entre bandas por el control del territorio tras la salida de Farc hacia las zonas veredales. Allí Fuerza Pública no ha copado los territorios donde también estarían integrantes del Eln.

Sobre Efigenia Vásquez las organizaciones dijeron que su homicidio se dio:

Por ejercer la defensa y liberación de la madre tierra,

Efigenia Vásquez Astudillo no sobrevivió a los disparos de la Policía, como ocurrió a seis personas -dos de ellos indígenas- en Tumaco esta semana; y otras tres quedaron gravemente heridas y están en el hospital San José de Popayán.

En la tarde de hoy el ESMAD en su ignorancia cobarde y al servicio de quienes promueven la explotación y la muerte de la madre tierra, tomó por asalto a la comunidad de Kokonuko, agrupada en el predio Aguastibias desde hace varios meses, y dispararon indiscriminadamente contra la comunidad indefensa asesinando a la compañera Efigenia del Pueblo Kokonuko, Madre, comunicadora, mujer indígena dadora de vida, transmisora de la fuerza y sabiduría de su pueblo.  Su delito: Existir y luchar con dignidad, con fuerza y sabiduría por construir un futuro para sus hijos y su pueblo.

Solidaridad y apoyo para el pueblo hermano de Kokonuko que con dignidad defiende y libera Uma Kiwe; es claro y concreto que este accionar corresponde a la  continuidad de la guerra contra los pueblos ancestrales, indígenas, negros y campesinos, para continuar el despojo de los territorios.

Aunque el acuerdo de paz implica garantías para la diversidad de pensamiento político, nuevas tierras, no más desplazamiento, sustitución voluntaria de cultivos, reincorporación para los ex combatientes, y volver la dignidad al campo, la realidad de hoy es que son los campesinos, los indígenas y líderes sociales los que siguen recibiendo las balas de bandas enfrentadas y el Estado que responde con la fuerza ante las protestas. Preocupa que en dos casos de esta semana haya habido participación de la Policía. 

Las garantías de seguridad pactadas en el acuerdo de La Habana y una de las condiciones para el cese al fuego con Eln, no se cumplen. Tampoco marcha la Unidad para la Desarticulación del Paramilitarismo. El Programa Nacional de sustitución de cultivos no ha llegado a la mayoría de territorios del país. Donde ya firmaron se están incumpliendo desde hace dos meses los pagos. Y los ex combatientes de Farc están sin proceso de reincorporación aún. Se trata de una mezcla peligrosa donde el pueblo sigue preguntándose: ¿Esta es la paz? 

La preocupante situación de asesinatos a líderes sigue en aumento. En Medellín, hace apenas una semana cayó Luis Gil, líder de la Comuna 5 e integrante de la Mesa de Derechos Humanos.

Siempre se dijo que las víctimas estaría en el centro del Proceso de Paz, pero en hechos como éstos se contradice la coherencia del texto con la realidad. 

 

Fotos: Masacre de Tumaco por Acpa Cauca