En medio de una violenta represión, el Paro Nacional continúa y avanza en su día número 15. Los asesinados suman más de 50, los desaparecidos se cuentan por cientos y son miles los heridos por la Fuerza Pública y particulares armados que, pese a los llamados al respeto a la protesta en Colombia en el mundo entero, siguen violentando a la juventud que está en las calles exigiendo un país justo.
Lucas, abaleado en Pereira, sobrevivió seis días antes de su muerte cerebral. A 15 días del Paro Nacional en Colombia es símbolo de la indignación y la represión sufrida por los más jóvenes que están en las ciudades y pueblos de Colombia movilizándose diariamente, sin descanso, en exigencia, primero, del retiro de la tercera reforma tributario del gobierno Duque, y luego, avanzadas las jornadas y derramada la sangre, en un ejercicio de dignidad y fuerza popular que exige respeto a la protesta como derecho.
Quienes están en las calles desarmados y también quienes apoyan desde sus casas exigen ser escuchados atras una vida de guerra, desplazamientos, desempleo y, ahora, enfermedad: el sistema de salud colombiano como muchos otros derechos se han mercantilizado y la pandemia ha revelado no solo que son los más pobres quienes mueren sino que los más vulnerables siguen son los que más bajo caen. Mientras a los bancos les dieron billones de pesos como "auxilio" ante posibles pérdidas (que no se dieron) por la pandemia, a las claes populares les falta más que ante la comida en su plato, el desempleo aumenta y la clase media está cerrando sus pequeñas empresas y bajando sus ingresos.
El golpe del Covid y el mal manejo del gobierno colombiano se siente incluso en la clase media alta y alta. Y a todo ello se sumó una propuesta se poner más impuestos a la comida, instalar peajes urbanos y otra serie de despropósitos y medidas injustas que hicieron estallar al pueblo colombiano que desde 2019 había iniciado un enorme Paro Nacional también reprimido con las balas: en septiembre, en bogotá, en dos días de movilización fueron asesinados 17 jóvenes en confrontaciones con la policía, otros perdieron sus ojos y fueron heridos y Dylan Cruz fue entonces el mártir que hoy es Lucas Villa, estudiante de Pereira abaleado por "particulares" desde un carro.
Las escenas de los "hombres desconocidos" disparando se repiten en Manizales, Bucaramanga, Bogotá y especialmente en Cali donde más muertos y desaparecidos se suman a la fecha. En Antioquia y el resto del país preocupan especialmente los desaparecidos.
Según la campaña Defender la Libertad, este es el cruel balance del Paro Nacional hasta el 10 de mayo a las 6pm.
52 personas registradas como fallecidas presuntamente por el accionar de la fuerza pública y/o “civiles” sin identificar en el marco de la protesta social (por verificar) y 1 policía. 10 de esas personas fallecidas están sin identificar. El aumento refleja el fallecimiento de varias personas a causa de las graves heridas ocasionadas durante las movilizaciones.
- 489 personas heridas por el accionar desproporcionado de la Policía Nacional y en particular por el ESMAD. 33 sufrieron lesiones oculares. 48 fueron heridas por arma de fuego. 69 personas defensoras de DDHH fueron agredidas en el marco de las movilizaciones.
- 15 personas fueron víctimas de violencias basadas en género ejercidas por la misma institución.
- 1365 personas han sido detenidas, gran parte de ellas por medio de procedimientos arbitrarios, siendo sometidas a tortura y/o tratos crueles e inhumanos.
- 12 allanamientos, de los cuales 8 fueron declarados ilegales, incluyendo las capturas asociadas. Los 4 restantes se encuentran en proceso de esclarecimiento.
- 709 denuncias por abusos de poder, autoridad, agresiones y violencia policial.
- Hemos recibido el registro de 548 personas presuntamente desaparecidas, sólo 113 han aparecido. Es decir, seguimos en la búsqueda de 435 personas a nivel nacional.
Mientras tanto, en Antioquia, se alerta por 1.271 casos de agresión contra la protesta social en 13 días de movilización. Además, según la Corporación Jurídica Libertad, son 101 las personas que continúan desaparecidas tras las manifestaciones en Medellin, el Valle de Aburrá y el departamento.
Entre tanto, la generación que exigió la firma e implementación del Acuerdo de Paz y que suma más y más causas a su descontento sigue en las calles, pese a que sabe, como Lucas, que puede pagar un precio muy caro: Sus propias vidas están en riesgo y aún así ellos y ellas están manifestándose porque prefieren morir en las calles, luchando con su creatividad y palabra, sin armas, que alistarse en grupo ilegal o vivir con la frente agachada en un gobierno que intenta humillar al pueblo no son dejándole a su suerte en medio de la grave situación de crisis sanitaria y económica sino disparándole cuando piden ser escuchados.
¡La generación de la paz está en pie de lucha y el Paro continúa hasta torcer las intenciones del gobierno de turno y poner a tambalear a la clase política que pretender seguir robándose el país, las elecciones, las tierras y hasta la vida y los sueños del pueblo!
Para ellos y ellas los gritos de aliento de todo el mundo llegan como un bálsamo que se combina con la opción de mostrar las realidades en sus teléfonos móviles y redes sociales que contradicen el relato de los medios masivos, enfocados en mostrar la poderosa movilización actual como asunto de vandalismo y limpiar la imagen de los asesinos de las camionetas que atacaron a Lucas en Pereira, a la guardia indígena de Cali y muchos tantos que siguen cayendo en las calles pese a que, en una democracia y Estado de Derecho como el que es Colombia, la protesta es un derecho que debe ser garantizada por el Estado mismo.
¡Gracias a todos y todas quienes siguen las calles!
#SomosGeneraciónPaz #SOSColombia
Foto portada: Esteban Agudelo. 12 de Mayo en Medellín / Foto interna: Jennifer Rueda. 9 de mayo en Medellín