WOLA condena categóricamente el asesinato de Bernardo Cuero Bravo, líder de la Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados, AFRODES asesinado el 7 de junio y extiende sus más profundas condolencias a su familia y a sus colegas en AFRODES.
Es la primera vez que que el Gobierno se articula de esta manera para ingresar al territorio de la mano con las comunidades. El único objeto de este proceso es resolver de una vez por todas los conflictos relacionados con la tenencia de la tierra y sentar una base sólida para la reconciliación en el campo basada en los derechos satisfechos de los campesinos.
El pueblo negro colombiano está protestando pacíficamente desde hace dos semanas. Primero fue Quibdó, Chocó, hoy Buenaventura, Valle del Cauca. Las organizaciones sociales y comités cívicos creados hace un año o más para defender sus derechos se hartaron de los incumplimientos del gobierno y el abandono histórico del Estado. Mientras ese avanza y se retrocede en el Proceso de Paz y la implementación del acuerdo, estas comunidades gritan a todas voces para que Colombia las mire, las atiende, les garantice sus derechos.
Medellín, 12 de mayo de 2017
Señor
Federico Gutiérrez
Alcalde de Medellín
Cordial Saludo.
Recibimos con preocupación su comentario al Área Metropolitana tras la valiosa y necesaria Cumbre Metropolitana de Paz. Según su cuestionamiento no hace parte del mandato del Área ocuparse de la paz. Su postura es muy preocupante, no solo porque resulta desproporcionada, sino porque se suma a una serie de mensajes que evidencian una clara oposición al Proceso de Paz por parte de la Alcaldía de Medellín.
Según la Defensoría del Pueblo aumenta el riesgo de ataques y atentados contra miembros de la Fuerza Pública, principalmente contra la Policía Nacional. Se trata de un Plan Pistola de presuntos integrantes del ELN y de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC, o Clan del Golfo.
El Sistema de Alertas Tempranas se refiere a los departamentos de Chocó, Antioquia, Cauca, Nariño, Arauca, Norte de Santander, Cesar, Córdoba, Cundinamarca (Soacha) y en el Distrito Capital Bogotá.
Cada vez que el calendario marca la conmemoración de una tragedia sufrida por Colombia a causa del conflicto, es inevitable sentir el dolor de no poder regresar en el tiempo a cambiar lo ocurrido.
Y si la paz hubiera llegado antes…, si se hubiera logrado un acuerdo para su liberación…, si no los hubieran secuestrado, para empezar…, si no les hubieran disparado… si hubieran respetado su vida…
En entrevista con GeneracionPaz.Co a orillas del río Atrato, el líder afrocolombiano Miguel Quejada recuerda que esos que son indiferentes en las ciudades ante la la paz, también tienen que ser parte de este momento histórico. En medio de los ataques y homicidios a líderes sociales en Colombia tras la implementación del Acuerdo de Paz entre gobierno y Farc, los más humildes y golpeados por la guerra piden la solidaridad y compromiso también de los ciudadanos urbanos.
A pesar de los reiterados llamados de la comunidad internacional sobre el alarmante número de asesinatos, actos de violencia y amenazas contra activistas colombianos, su situación de seguridad continua siendo grave. La violencia socava profundamente la sostenibilidad de la paz.
En el municipio de Riosucio, norte del Departamento de Chocó continúa la expansión de los grupos paramilitares de extrema derecha, los que seguimos combatiendo; en igual forma como lo hemos hecho, en los últimos años, como en el 2015, cuando los confrontamos conjuntamente con unidades de las Farc, pese a que éstas se encontraban en los diálogos de La Habana.
Desde el Punto Transitorio de Normalización (PTN) en Miranda, Cauca, se informó la segunda muerte de un integrante de Farc tras la firma del Acuerdo de Paz entre esa guerrilla y gobierno. Hasta abril de este año no se había producido ninguna, pero ahora se suman dos en una semana. La preocupación de las mismas Farc y la sociedad que apoya el proceso de paz crece pues una de las garantías más importantes para el éxito de la implementación es la seguridad de los ex combatientes.
