Tatiana Duque es colombiana, abogada y periodista en formación. Nos comparte esta nota sobre la Mesa de Víctimas del Conflicto Armado Colombiano Refugiadas en Argentina y la invisibilización de las víctimas del conflicto que hoy están fuera del país.
Isabel* es una de las más de 800 personas refugiadas en la Argentina. Para ser refugiado(a) es necesario acudir al Consulado de Colombia en el país en donde se encuentre la víctima y solicitar su inclusión en el Registro Único de Víctimas. Sólo así adquiere el derecho a la reparación integral en el marco de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448 de 2011).
Isabel, junto a otros refugiados, conformó la Mesa de Víctimas del Conflicto Armado Colombiano Refugiadas en Argentina. La Ley 1448 plantea la participación de las víctimas para el diseño y la implementación de políticas públicas a través de las mesas de víctimas, “recurrimos a darle la figura de participación acá a través de la mesa, con acompañamiento de organizaciones de derechos humanos de Argentina que acompañan víctimas, y de organizaciones de víctimas”.
La Mesa de Víctimas de la que hace parte Isabel está respaldada por el CAREF (Comisión Argentina para los Refugiados y Migrantes), una asociación civil que trabaja por los derechos de las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo. CAREF está auspiciada – oh, sorpresa- por el movimiento ecuménico.
La Mesa de Víctimas de la que hace parte Isabel fue la respuesta a la omisión y negligencia del Consulado colombiano en la Argentina; nunca se encargó de socializar la Ley y dilataba constantemente los procesos de solicitudes para obtener el estatus de refugiado.
“En el consulado no hay ninguna información visible sobre la Ley 1448. Dejamos pegado un afiche nuestro de la Mesa de Víctimas, y es lo que hay.” Su trabajo es de campo: reparten volantes fuera del Consulado y de Migraciones. Su mayor aliado es el voz a voz.
El reconocimiento
El primer paso es reconocerse como víctima en un contexto en el que la violencia se normalizó. Los muertos son números que alimentan una estadística y material de las noticias matutinas;
“hemos encontrado casos dónde las víctimas no se reconocen como tal. La persona comienza a contar porqué se fue del país, cómo llegó a la Argentina, sin ubicarse en ese lugar así haya vivido, claramente, un hecho victimizante. Incluso muchas personas dicen ‘Pero a mí no me pasó nada. Yo estaba ahí, pero no me pasó nada’ ”.
El segundo paso es deshacerse de la carga moral negativa que soportan quienes se van del país. No son parias, apátridas o cobardes: no tuvieron otra opción.
La concepción que se ha creado en Colombia de víctima como sujeto no político también ha dificultado que los exiliados se sepan víctimas; “hay, también, personas que se han acercado a ayudar y resulta que son exiliados. Comienzas a escuchar sus historias: atentados, amenazas, persecución. El hecho victimizante de la persecución política no está contemplada en la Ley y creemos que es uno de los hechos victimizantes de mayor impacto en el país en términos de construcción social. Es una de las batallas que hay que dar”. Según la Unidad de Víctimas, el desplazamiento forzado es el hecho victimizante que más han declarado los colombianos en el exterior cuando solicitan el registro.
Saberse víctima es sólo el primer eslabón en una lucha por la invisibilidad del refugiado (tenga el status o no) y exiliado; “la Ley plantea que el acceso a derechos, salvo la indemnización y la restitución de tierras se hacen efectivos en el territorio nacional. No hay atención humanitaria, atención sicosocial, ni ningún tipo de protección”.
Los Acuerdos de Paz
La ley tiene grandes limitaciones que habían sido suplidas por los Acuerdos de Paz; “uno de los logros en el Punto 5 fue precisamente ampliar la categoría de víctimas en el marco del Derecho Internacional Humanitario. En ese sentido, veníamos adelantando acciones de incidencia tendientes a la reforma de la Ley en función del Sistema de Justicia, Verdad, Reparación y no Repetición que esperábamos saliera adelante en los Acuerdos.”
La acción de incidencia es una demanda ante la Corte Constitucional para la reforma de la Ley 1448 que incluya como víctimas a personas que se encuentran en el exterior y que no entran en el estatus definido por la ley; “como soporte de la demanda estamos trabajando en un informe de la situación de las víctimas en el exterior y en la presentación de los casos más paradigmáticos. Sin embargo, después del domingo, decidimos no presentar los casos porque no hay garantías para las víctimas”.
El punto 5 de los Acuerdos plantea espacios para la participación. La Mesa de Víctimas está generando material para su participación frente a políticas públicas que incluyan a los refugiados y exiliados.
“Estamos volcados a llevar propuestas sobre su derecho a la verdad y la no repetición y a los retornos voluntarios tras la eventual implementación de los Acuerdos. Un retorno con garantías. ¿Cuánta gente estaba esperando que se dieran los acuerdos para regresar a su país? Necesitamos, al menos, tener la posibilidad de elegir. “
El perdón
Isabel tiene una posición valiente frente al desconocimiento de derechos de quienes pertenecen a la guerrilla:
“No corresponde que a aquel que haya decidido asumir una posición política en medio del conflicto en contra del Estado se le despoje de todos sus derechos humanos, sobre el se pueden cometer una serie de acciones violatorias de su humanidad. Si nosotros realmente queremos reconstruir el tejido social y reparar nuestro dolor, es necesario volver a humanizarlos, y eso implica reconocer al otro.”
Las víctimas esperan un cambio y no pierden la esperanza a pesar de lo ocurrido el domingo pasado. Para Diana, la desinformación y la indiferencia jugaron un papel importante en las urnas; “somos una sociedad que naturalizó la guerra al margen de lo ha sido la guerra. No se dimensiona todo lo que ha pasado; fueron más de 2000 masacres en menos de 10 años que dejaron más de 30 mil víctimas, ¿sabe eso la Colombia del No?”.
*El nombre de la entrevistada ha sido cambiado para proteger su identidad