"Ojalá nunca hubiera pasado"

El director de la Unidad Victimas, Alan Jara, quien vivió el drama del cautiverio en campamentos de Farc, recuerda a los también secuestrados Guillermo Gaviria y Gilberto Echeverri junto a 8 soldados retenidos que resultaron muertos en un intento de rescate

Por: 
Alan Jara

 

Cada vez que el calendario marca la conmemoración de una tragedia sufrida por Colombia a causa del conflicto, es inevitable sentir el dolor de no poder regresar en el tiempo a cambiar lo ocurrido.

 

Y si la paz hubiera llegado antes…, si se hubiera logrado un acuerdo para su liberación…, si no los hubieran secuestrado, para empezar…, si no les hubieran disparado… si hubieran respetado su vida…

 

Es un ejercicio de impotencia. No se puede borrar el pasado. No se puede cambiar el hecho de que el 5 de mayo de 2003, Guillermo Gaviria, Gobernador de Antioquia; Gilberto Echeverry, su asesor de paz, y los uniformados Alejandro Ledesma Ortíz, Wagner Harvey Tapia, Héctor Lucuara Segura, Francisco Manuel Negrete, Mario Alberto Marín, José Gregorio Peña, Samuel Ernesto Cote y Yercinio Navarrete, fueron asesinados por las Farc mientras se encontraban en su poder, durante un fallido intento de rescate.

 

Ojalá eso nunca hubiera pasado. Ojalá todos ellos estuvieran hoy con nosotros para tomar parte en este proceso tan complejo, tan lleno de tropiezos, pero tan esperanzador que estamos viviendo como país.

 

¿Qué pensarían Guillermo Gaviria y Gilberto Echeverry, secuestrados precisamente cuando encabezaban una Marcha por la NoViolencia, de que el país haya acordado el Fin del Conflicto con las Farc, después de décadas de confrontación armada?

 

Sin duda, en mi opinión, sería una victoria para ellos. El propósito por el que estuvieron dispuestos a entregar su vida, está mucho más cerca, 14 años después. Los dos buscaron la paz con obstinación, sin importarles los sacrificios ni las consecuencias personales, y su esfuerzo, contribuyó, así tuvieran que pasar algunos años, para que ese propósito se alcanzara.

 

¿Qué preocupaciones tendrían frente a este proceso? ¿Qué ideas nos podrían aportar para hacerlo mejor? ¿Estarían ellos dispuestos a perdonar?

 

Nadie puede saberlo a ciencia cierta, pero quienes tenemos la enorme fortuna de haber podido seguir adelante, tenemos la responsabilidad de no olvidar y de buscar en su vida lecciones que nos permitan encontrar respuestas.

 

No podemos cambiar el pasado, pero sí podemos, juntos, construir un mejor futuro: el país en paz que ellos y nosotros soñamos.