"Nuestro tránsito por el Congreso es fundamental": Jairo Estrada

En entrevista con GeneracionPaz.Co Jairo Estrada ofrece detalles sobre su papel en el Congreso y el avance de la implementación. Es uno de los integrantes del Movimiento Voces de Paz creado en el marco del acuerdo de paz y que desde ya tiene asiento en el parlamento colombiano.

Por: 
Redacción Generación Paz

Jairo Estrada se ha desempeñado como profesor de la Universidad Nacional en Ciencias Políticas durante 25 años. Además, ha acompañado los diálogos y la implementación de los Acuerdos de Paz. 

¿Por qué un profesor universitario está participando directamente en el Congreso sin haberse presentado como un candidato?

Por el trabajo realizado en la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas tuve la posibilidad de acercarme a todo el proceso de diálogos y negociación en La Habana. Con mayor juicio tuve la oportunidad de acercarme también a esa fase final del acuerdo. Lo que se conoció como el “Cónclave”, donde se concluyó la necesidad de crear una agrupación política, la cual tiene dos funciones principales, la primera es contribuir a generar un mejor ambiente en el tránsito de las FARC-EP en la vida política legal.

La otra es participar en el Congreso como vocero de esa organización guerrillera sin pertenecer a ese grupo, ayudando al desarrollo normativo del acuerdo, es decir, lo que se conoce como la implementación normativa.

Por eso llegamos a este lugar, conformando una organización política con un grupo de ciudadanos la cual se denominó Voces de Paz. Ese grupo de ciudadanos designó a unos voceros conjuntamente con las FARC, haciendo presencia con tres personas en Senado y tres más en el Congreso.

 

¿Ese grupo de ciudadanos a cuánta gente representa?

En principio, para su constitución, no alcanzábamos el centenar de personas, porque todo ocurrió de manera repentina. Conforme se hace nuestro trabajo podemos apreciar una buena acogida y cuenta con muchos simpatizantes a pesar de no tener el propósito de ser un partido político, sino perfilar una idea en cuanto a la implementación de los acuerdos para lograr una paz estable y duradera en Colombia.

Esto es de participar en el Congreso así es nuevo, ¿cómo ha sido para usted la experiencia?

Efectivamente esto es inédito y se trata de una experiencia interesante. Conociendo más de cerca el Congreso de la República y comprendiendo que en el momento político de Colombia, para efectos normativos de los acuerdos, el tránsito por este lugar es fundamental. Para expedir decretos presidenciales que sean el soporte normativo de todo lo establecido en La Habana. Lo que sigue después es que todo ese marco normativo tenga la posibilidad de llevarse a cabo en la cotidianidad. Existiendo movimientos sociales y políticos que garanticen el correcto cumplimiento de lo pactado.

P: ¿Cuáles han sido las frustraciones durante este proceso para ustedes como movimiento?

Uno quisiera que todo fuera más rápido, tal vez el proceso ha ido lento porque es obvio que los desarrollos normativos son víctima de peticiones de los políticos para sacar dividendos. Es decir, que los encargados entran en un tipo de transacción esperando por otro lado el Gobierno cómo los puede beneficiar. Además, la pretensión de algunos sectores de renegociar los acuerdos. No me refiero a los que se oponen, sino a los que apoyaron en un principio y ahora piden que se renegocien algunos puntos.

¿Cuál ha sido uno de los mayores avances que se han logrado en esas sesiones del Congreso?

El 5 de abril ocurrieron varias cosas importantes en el Congreso. La primera fue que se aprobó en la comisión primera del Senado el acto legislativo mediante el cual se regula el tránsito de las FARC – EP a partido político legal, es decir, todo el proceso de incorporación en la política. Ahora queda pendiente el trámite en la plenaria del Senado, el cual presiento que va a prosperar ese acto legislativo.

Es inconcebible un proceso de paz sin que la guerrilla pueda hacer política, aunque algunos se hayan opuesto de manera contundente a que ellos participen en política.Todos los partidos del Senado, excluyendo a los del Centro Democrático, votaron a favor de este acto legislativo, porque el pronóstico es favorable para que se dé este aspecto necesario. Hay comprensión de la importancia de esta reforma constitucional. El segundo punto importante en ese día fue el debate del estatuto de la oposición, donde es inaudito que la democracia de este país tenga que ofrecer garantías a la oposición, porque sí el sistema político funcionara con las reglas no tendría que ofrecer nada, pero en este país hacer oposición ha representado ser perseguido y estigmatizado.

Para el caso colombiano es importante que se apruebe ese estatuto, el cual ofrece garantías mínimas para debatir y hacer oposición en Colombia sin temor a ser perseguido, estigmatizado y hasta asesinado.

¿Cómo ve usted el panorama de la implementación del acuerdo en este contexto electoral?

El contexto de la implementación es complejo. Hay unos sectores de la ultraderecha colombiana que se han opuesto y han asegurado que de triunfar en las elecciones tendrían la pretensión de revertir los acuerdos. Son sectores que en el pasado reciente se opusieron al diálogo.

Primero, pretendieron ganar la guerra por la vía militar y no pudieron, luego se opusieron a los diálogos, luego se opusieron a la firma y ahora se oponen a la implementación. Entre más avance la implementación se va el campo político se va estrechando esa intención de revertir, pues su idea se fue construyendo ante un enemigo que ya no va a estar en ese lugar que lo crearon y estará en la vía política legal.

Cada vez que se vaya decantando el proceso, el país va a querer mirar más hacia el futuro viendo la posibilidad que ofrecen los acuerdos y no regresar a ese panorama de la contienda política basada en la violencia.  Tal vez puede ser el deseo, pero hay suficientes elementos para creer que eso es posible, pero para esto es necesario que se logre una igualdad política para la participación.

Ahora, hay un problema que alcanzo a percibir en la sociedad y es que hay una débil apropiación. No hay suficiente conocimiento de los acuerdos y aún no son valorados con la importancia que tienen. La contienda electoral que se avecina tendrá como bandera electoral a los acuerdos, para tratar de instaurar proyectos políticos a favor o no. Sin embargo, la gente considera que lo importante era desarmar a las FARC y ahí cambiaba la agenda política, pero eso es un grave error”.

 

En términos de candidaturas, ¿qué sería lo más apropiado para la paz?

Creo que es apresurado, porque primero se deben realizar aproximaciones programáticas en base a la implementación del acuerdo, a partir de ello mirar que otros temas gruesos de la problemática nacional como por ejemplo el tema de dignificación del trabajo, cómo generar condiciones para que los colombianos vivan mejor, se debe hacer un acuerdo político para discutir la estructura actual del gasto público dado que empezamos un nuevo proceso, hay muchos temas de la agenda que se deben revisar. En este tema se debe incluir un proceso de esclarecimiento de la verdad histórica para transformar la cultura de este país. Pensando en todo lo que incluye la palabra cultura. Esto es necesario para pasar la página de la guerra y poder hablar de construcción de paz estable y duradera.

¿Qué opina sobre los homicidios de líderes sociales y cuál es el gran reto en seguridad?

En Colombia uno de los aspectos que explican el alzamiento armado contra el Estado tiene que ver con que no se han brindado garantías para que la gente pueda proponer oposición, pues el Estado responde hasta con organizaciones paramilitares. Hay proceso que debe ser superado a través de un acuerdo político para garantizar ese vínculo entre política y armas. La respuesta común es que esa relación armas – Estado, está ligada a una respuesta hacia la guerrilla, pero en el caso de este país ha sido propiciado por el propio Estado o partidos políticos. Se deben generar nuevas condiciones para superar esas manifestaciones de contrainsurgencia. Es necesario que se tomen medidas para enfrentar esas organizaciones y requiere voluntad política.