Nuestra paz en el mundo

La llegada del presidente de Francia a Colombia nos recuerda la importancia del apoyo internacional para sacar adelante el Proceso de Paz de Colombia en esta fase de implementación, quizá la más difícil. Compartimos la opinión de Doris Gómez sobre el papel de la comunidad internacional en el fin de nuestra guerra

Por: 
Doris Gómez

El proceso de negociación en La Habana (Cuba) Gobierno Colombiano- Farc, así como el acuerdo de paz  antes y después del plebiscito, ha tenido un amplio apoyo de la comunidad internacional: jefes de Estado, organismos multilaterales, ONG, medios de comunicación de diferentes lugares del mund, han cerrado filas en su apoyo a este proceso, e inclusive han permitido poner en perspectiva los alcances del mismo en sus momentos más difíciles y contribuido, de distinta manera, a avanzar en él y culminarlo exitosamente.

Colombia y su acuerdo de paz es uno de los pocos referentes de éxito del sistema internacional actual si se mira lo que pasa en el mundo con la emergencia de conflictos internos que han detonado guerras civiles en pequeñas naciones en Asia y África, una Europa arrinconada por el terrorismo internacional del Estado Islámico, el conflicto Sirio que cumple 5 años y sienta precedentes nunca antes vistos en términos de inmigrantes,  crisis humanitaria internacional y respuesta institucional,  entre otros aspectos.

 

Vivimos en un mundo donde pocas noticias de paz hay. Todo lo contrario, vivimos de malas noticias, de guerras y de conflictos. Entonces para la ONU una buena noticia de paz y de posibilidades de entendimiento es relevante y muy positivo.

 

Dijo a los medios  Maria Angélica Holguín, canciller de Colombia, en septiembre de 2015.

Hoy por hoy, y gracias a una decidida agenda en las relaciones exteriores, la implementación del acuerdo final y la concreción de una fase abierta de negociación con el ELN, son temas de interés en la agenda internacional del mundo, lo que amplía el reto de un acuerdo nacional para la implementación.

 

Una política de cooperación internacional para la paz

Ha sido clara y contundente la estrategia del gobierno nacional de posicionar este tema como uno de los principales en su agenda de las relaciones  internacionales. Para ello  ha debido ajustar no solo la agenda diplomática sino que a mediano y largo plazo, implementar los acuerdos requerirá  hacerlo  también con  la política  militar estratégica y la económica internacional, en lo cual no puede estar solo.

En 2014 Juan Manuel Santos inicia un nuevo periodo presidencial con una apuesta clara en las urnas para avanzar y finalizar con éxito las conversaciones  y llegar a un acuerdo con las Farc. En su discurso, la comunidad internacional tuvo su espacio.

Mientras el mundo se incendia en diversos escenarios de conflicto, Colombia –que busca la paz– puede y debe ser la buena noticia que tanto necesita la humanidad: LA NOTICIA DE QUE LLEGA A SU FIN EL ÚLTIMO CONFLICTO ARMADO DEL HEMISFERIO OCCIDENTAL!. Gracias, muchas gracias, a la comunidad internacional por su apoyo y contribución a este anhelo de los colombianos.

 

 La comunidad internacional ha sido activa desde diferentes roles y en el círculo de confianza del proceso se han encontrado los países garantes: Cuba y Noruega asumieron ese compromiso como parte del Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, que abrió la fase pública de negociaciones desde 2012 en La Habana.

Como garante y facilitador, Noruega ha contribuido al avance del proceso de paz de una manera constructiva y eficiente, basado en las necesidades y los pedidos de las dos partes en las negociaciones, respetando la confidencialidad y la dinámica de la mesa. El papel activo de este país obedece a que la promoción de la paz internacional es desde hace dos décadas una meta explícita de su política exterior y cuenta con recursos suficientes para apoyar a países en conflicto que buscan una solución negociada, lo cual a su vez lo convierte en un referente en el escenario internacional y valora su marca país.

Según la cadena de noticias BBC, la marca Noruega a nivel internacional es en gran medida la promoción de la paz, una política que resulta tan importante para Oslo que el gobierno creó una Unidad de Paz y Reconciliación y destinó un presupuesto específico para sus proyectos.

Por su parte, Cuba en su calidad de sede y garante del proceso, ha manifestado desde el principio del proceso su interés de ser discreto e imparcial.  Desde años atrás y en cabeza de su entonces presidente Fidel Castro, seguidor, analista y crítico de la realidad de la paz en Colombia,  el apoyo a un posible proceso de negociación entre distintos gobiernos y las Farc  era un tema recurrente en la agenda bilateral.

Su historia revolucionaria y de apoyo a los movimientos insurgentes en América Latina, así como los vientos de cambios en la política exterior cubana, hicieron de este país el mediador perfecto que acogió en su territorio a las diferentes partes de la mesa, delegados, medios de comunicación, visitantes y curiosos del proceso.

Hoy por hoy, firmado el acuerdo final, Cuba ya es un referente necesario en la creación de condiciones políticas, de mediación y logísticas de procesos de paz,  lo cual comulga con el papel que quiere jugar en el contexto internacional.

Por su parte, Venezuela y Chile asumieron el rol de acompañantes del proceso; siendo más destacado desde el principio el papel del vecino país de Venezuela, que desde gobiernos anteriores al de Hugo Chávez había adelantado esfuerzos por el cese del conflicto con las Farc, que obviamente ha tenido consecuencias también a sus habitantes y territorios, pero sin duda, la mediación de este fue crucial en el acercamiento del gobierno Santos y la guerrilla.

El rol de Venezuela como acompañante  del proceso ha servido también para descentralizar el tema de la relación bilateral del asunto fronterizo, en el cual Colombia y Venezuela han ido acumulando mucha tensión en los últimos años.

Chile por su parte, ha tenido un papel cada vez más protagónico apoyando las discusiones en lo relativo a verdad y  justicia transicional. Actualmente  ha manifestado su interés en aportar en su experiencia en comisiones de verdad y reconciliación, temas en los que ya ha sido guía de países como Sudáfrica; así como la trayectoria  en fuerzas de paz,  que coordina desde 1949, y con las que hoy hace presencia en Haití.

 

(Continúa en segunda entrega)