Encontrar a los desaparecidos. Una de las grandes esperanzas de los Acuerdos de Paz.

Tras la firma de los acuerdos en muchas familias se revivió la esperanza de saber dónde están sus seres queridos. La Casa de la Memoria de la Costa Pacífica Nariñense (museo de memoria histórica en Tumaco) les rinde homenaje y acompaña a sus familiares en la dura espera.

 

 

 

 

 

Por: 
Casa de la Memoria

La desaparición forzada de personas se define de manera general como la privación de la libertad mediante cualquier forma, que puede ser aprehensión, detención o secuestro, y que está seguida de su ocultamiento, o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de dar cualquier información sobre la suerte o el paradero de esa persona, privándola así de los recursos y las garantías legales. Ésta ha sido utilizada como practica de guerra por diferentes grupos armados en Colombia. En Tumaco, según el Registro Único de Victimas, como dato histórico se reportan 5.119 víctimas directas e indirectas (familiares) de desaparición forzada desde 1985.

Anny Castillo, Personera Municipal indica que, conforme al informe de gestión entregado por el anterior Personero, durante el año 2015 de las 5.993 declaraciones de personas que solicitaban ser incluidas como víctimas del conflicto armado, 2 casos correspondían a desaparición forzada. Mientras que en el total del periodo 2012-2015 se brindó atención por parte de la Personería Municipal de Tumaco a 326 casos de este hecho victimizante. Según el Fiscal Especialista delegado ante el Gaula Militar Jorge Rueda Guerrero, en el periodo de los Acuerdos en la Habana y durante el cese bilateral al fuego han llegado menos casos sobre los delitos que esa fiscalía atiende, especialmente desapariciones secuestros y extorciones, aunque se siguen presentando. Para el fiscal, los acuerdos de paz pueden contribuir de forma significativa en las investigaciones que se adelantan para hallar a personas desaparecidas forzosamente “Se espera que en un postconflicto, se puedan concluir muchos de los casos a partir de las declaraciones, para cumplir con los principios de verdad, justicia y reparación del proceso. Y menciona que, los miembros de grupos armados, que dejan las armas mediante los programas de desmovilización que otorgan beneficios para la reinserción a la vida civil, entregan información de mayor relevancia para las investigaciones, comparado con quienes son capturados que suministran información más insipiente”

Los Acuerdos de la Habana parecen abrir la puerta de la esperanza para las familias de personas desaparecidas, pues en octubre de 2015 las FARC EP y el Gobierno Nacional anunciaron mediante comunicado conjunto dos tipos de acuerdos: en primer lugar poner en marcha unas primeras medidas inmediatas humanitarias de búsqueda, ubicación, identificación y entrega digna de restos de personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado interno que se pondrían en marcha antes de la firma del Acuerdo Final; y en segundo lugar, la creación de una Unidad especial para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado.

Las partes han acordado que el Comité Internacional de la Cruz Roja – CICR y del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, apoyen el diseño y puesta en marcha de planes especiales humanitarios para la búsqueda, con funciones específicas como recibir la información que provean las organizaciones de víctimas, solicitar información y apoyo a la Fiscalía General de la Nación, solicitar apoyos a otras organizaciones o instituciones especializadas. Sobre la Unidad Espacial para Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD) se establece que ésta deberá Entregar a los familiares un reporte oficial de la información que haya logrado obtener sobre la suerte de las personas dadas por desaparecidas.

La zotea-Red de Comunicación Popular del Pacífico Nariñense conoció que en Tumaco aún no se adelantan las primeras medidas. Por su parte, la comunidad da sus propios pasos para encontrar a sus seres queridos desaparecidos. Mirella Oviedo es la Presidenta de la Asociación de Lideresas del Pacífico Nariñense-ASOLIPNAR y en este momento es asesora la Asociación de Familiares de Desaparecidos en el Pacifico – AFADEPAC.

AFADEPAC se encuentra en etapa de conformación, actualmente hay 21 personas, en su mayoría afros y de zonas rurales, y a quienes reportan son sobre todo jóvenes campesinos, que fueron desaparecidos a partir del 2.000 cuando empezó a ser evidente la presencia de grupos armados y el conflicto en los municipios de la costa de pacifica de Nariño. Mirella dice que, la intención de la asociación es hacer visible el flagelo de la desaparición forzosa que es recurrente en la costa de Nariño, pero que debido al miedo ha quedado en silencio… “Es necesario que se reconozca el hecho victimizante, porque hay muchas personas que sólo están reportadas como desaparecidas, cuando en realidad han sido víctimas de desaparición forzada, que es muy diferente” La lideresa también indica que los familiares se están uniendo y organizando, luego, de ver que cada familia por su cuenta, ha intentado que las autoridades competentes atiendan de forma debida los casos, pero los procesos son lentos y no se presentan resultados de las investigaciones. “Entonces ahora con la fuerza de la unidad buscamos exigir al Estado investigaciones reales, que se muestren resultados de las búsquedas y que se conozca la verdad, porque eso es muy importante para el duelo de las familias” además dijo que, hay familiares de personas desaparecidas que por temor no se integran a la asociación.

Tal vez ese mismo miedo tiene que ver con el hecho de que, de las aproximadamente 800 fotografías que hay en la Sala de las víctimas de la Casa de la Memoria de la Costa Pacífica Nariñense (museo de memoria histórica en Tumaco ) solo 16 tienen la etiqueta de desaparecido/a. Entre ellas está la foto del hijo de Olguita, una mujer de 74 años, de los cuales lleva 17, 5 meses y 6 días esperando a su hijo, así detalla Olga Maria Zamora el tiempo de espera y desesperada búsqueda de Carlos Eduardo Rengifo Zamora. Narra que en los días en que desapareció, exactamente el 27 de diciembre de 1999, trabajaba como obrero de construcción en Llorente, corregimiento de Tumaco azotado por el conflicto armado “a mi alguien me dijo que a él le habían advertido que no fuera más a trabajar a Llorente, porque eso estaba muy muy peligroso en esa época” nos cuenta Olguita.

En la sala también está la foto de Andrés Fernando Chávez, desaparecido en el 2002, su padre Servulo Chávez dice que su hijo despareció en Pasto, luego de anunciarles por teléfono que había conseguido trabajo con unos señores desconocidos. Para él, su hijo fue una víctima más de los llamados falsos positivos “Yo personalmente, creo que mi hijo cayó en esos falsos positivos, porque precisamente esa es la época, en donde más se presentaron esos casos, engañaban a los muchachos ofreciéndoles trabajo, …….y luego aparecían fusilados como guerrilleros”. Dice Servulo, dejando en evidencia, que en el fondo desea estar equivocado.

Servulo y Olguita pertenecen al grupo Amigos de la Casa de la Memoria, un grupo conformado por víctimas del conflicto armado. Ambos coinciden en que este espacio de encuentro, ha sido de gran ayuda para ellos en medio del dolor que les produce no saber dónde están sus hijos. Así mismo, coinciden en el desgate que han sufrido a razón de los tramites y procedimientos legales requeridos para reportarlos como desparecidos, de la poca atención de las instituciones y de las escasas e incipientes repuestas sobre sus casos y el paradero de sus hijos.